Las tasas de impuesto que se cobran a los recolectores son excesivas, por lo que la mayoría de quienes realizan esta actividad se van a la informalidad, lo cual genera que las empresas compradoras busquen justificar las compras a través de facturas apócrifas, indicó Rafael Gómez Garfias, subprocurador de Análisis Sistémico de la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente (Prodecon).
“La mayoría de las personas que pueden evitar a la formalidad lo hacen por la carga fiscal, (…) es un problema que la industria también lo está viendo porque se empieza a utilizar la facturación falsa para justificar las compras que no se están dando a través del esquema fiscal que se estableció”, comentó.
En entrevista con El Heraldo de México dijoque lo anterior hace que cuando la mercancía llegue a las empresas que la procesan, las compras son amparadas con comprobantes falsos que entorpece la deducción.
Hoy, el sector paga una tasa de ISR de 5 por ciento, con la propuesta del Régimen Simplificado de Confianza podrían pagar 1 por ciento, pero el planteamiento de Prodecon dejaría exentos a 50 por ciento de dos millones 500 mil recolectores del pago de este gravamen porque sus ingresos son muy bajos.
Garfias dijo que un recolector normalmente obtiene entre 20 y 30 kilos de material para reciclar al día, y el pago que logra es de alrededor de 62 pesos; de esta cantidad tienen que pagar 5 por ciento, lo cual significa tres pesos de su recolección.
“Si se compara con un asalariado, ni siquiera tendría que pagar el ISR, al contrario, recibe un crédito al salario de 10 pesos”precisó el funcionario.
PAL