La pandemia del coronavirus propició un comportamiento “complejo” en la inflación, que la llevó de mínimos históricos a subir por arriba del objetivo (2 a 4 por ciento) en la primera quincena de septiembre, señaló el gobernador del Banco de México, Alejandro Díaz de León.
En entrevista con analistas de Banorte para el podcast “Norte Económico”, destacó que la “importante” salida de capitales que se observó a consecuencia de la volatilidad en los mercados puede hacer más “complejo y difícil” la conducción de la economía a una inflación baja y estable.
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Eso, a su vez, dijo, disminuyó el espacio de la política monetaria para actuar ante la coyuntura actual.
“Hemos visto que la pandemia ha propiciado un comportamiento en la inflación complejo, y que ha tenido varios choques o efectos en el sentido contrario”
Alejandro Díaz de León, gobernador del Banco de México
En abril se dio una disminución súbita en los precios de los combustibles, en particular las gasolinas, que dio lugar a los niveles más bajos de inflación no subyacente (incluye bienes más volátiles como agropecuarios y energéticos, así como tarifas autorizadas por el gobierno) y a la segunda tasa más baja para la inflación general, de 2.15 por ciento.
En los meses siguientes comenzó a subir y a resentir tanto los incrementos en los alimentos, en particular las mercancías alimenticias, por dos factores: uno es por un encarecimiento o por problemas logísticos en la distribución de alimentos, y también porque las familias concentraron una parte mayor de su gasto en ese tipo de bienes.
Por otro lado, se vio una desaceleración en los precios de los servicios, porque muchos de éstos no se podían prestar en sus términos y condiciones, o hubo una caída importante en su demanda por la pandemia.
“Al final del día, ha sido mayor la presión que hemos visto al alza, el aumento en los alimentos ha sido mayor a la desaceleración de las variaciones anuales de los servicios, y esto ha hecho que la inflación general alcance, en la primera quincena de septiembre, un nivel de 4.1 por ciento”
Díaz de León destacó que ello implica que la inflación salió del objetivo de Banxico, que es de 2 a 4 por ciento, a diferencia de otros países donde se registró una reducción.
Explicó que ello obedece, en parte, a la diferencia en los ponderadores que tienen los alimentos y servicios en la canasta del Índice Nacional de Precios al Consumidor en México con el resto de los otros países.
Viene la parte retadora
En cuanto a la recuperación de la economía, Díaz de León comentó que hay dos etapas.
“La primera la podríamos caracterizar como la más inmediata y de cierto rebote. El solo hecho de que las actividades financieras pasen de una situación de suspensión de actividades a una de reinicio de actividades, automáticamente tiene un efecto directo y súbito sobre los niveles de producción”.
La segunda fase, dijo, “es la que yo creo que puede ser más retadora”. En ella se debe identificar cuál es el balance entre las afectaciones un poco más permanentes asociadas a la pandemia, para identificar algunos sectores como el turismo y otros servicios en particular, donde el reto puede ser mucho mayor y de mayor persistencia.
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Por Fernando Franco
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