Al momento de emprender un negocio y no solamente en este sentido, sino también en un trabajo o algo personal, lo primordial es la inteligencia emocional, misma que la podemos describir como la capacidad emocional de canalizar y utilizar la fuerza de los sentimientos.
¿Por qué es importante? A la hora de emprender o en tu vida laboral, se puede dar el caso que de pronto los planes no salgan conforme a lo esperado y que haya situaciones que sean obstáculos para tu proyecto, por lo tanto, los sentimientos se deben manejar inteligentemente para continuar con tu plan y sumar seguidores a la causa.
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Es por ello que es es importante tener una cultura organizacional con sentido y cultivar la inteligencia emocional; es decir, tener un sentido de trascendencia en un trabajo; un "para qué". De hecho, sólo en el 15 por ciento de los casos, la motivación es económica.
Hoy las empresas tienen un nuevo enfoque y es hacer que los negocios se vuelvan justos. Pasar de empresas mercenarias a empresas misionarias, con un valor en el capital humano.
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Entonces, todo lleva a una cultura organizacional de conciencia e inteligencia emocional porque si desde el emprendimiento se viven estos valores, todo caerá en consecuencia.
¿Cómo desarrollar la inteligencia emocional en el trabajo?
En tu trabajo, nuevos proyectos o emprendimiento, emplea estas 10 acciones:
- La gente debe entender que tendrán un rol por lo cual se les recompensará económicamente y profesionalmente.
- Dar libertad a las personas para resolver problemas, proponer y no decir qué hacer.
- Entregar y comunicar información correcta. Pasar de comunicación efectiva a afectiva.
- Trabajar en equipo y fomentar la colaboración entre los miembros de la organización.
- Entendimiento generacional: Los jóvenes desean usar sus habilidades y transformar el mundo y de alguna u otra manera, se les ha quitado la parte de compromiso por las propias causas del entorno económico actual. Comprender su contexto.
- Resiliencia, capacidad de recuperarse ante situaciones adversas.
- Automotivación.
- Autocontrol.
- Autogestión.
- Flexible y adaptable ante los cambios.
- Enfoque de servicio.
Todo esto lleva a una trascendencia con sentido y así saber canalizar las emociones de manera inteligente. ¿Te habías planteado esta posibilidad?
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mjsc