El mercado de las semillas piratas para cultivo en México alcanza los 100 millones de dólares al año y el crimen organizado controla ese negocio.
La Asociación Mexicana de Semilleros (Amsac) ha identificado esta actividad en Puebla, Sinaloa, Estado de México, y en la región del Bajío y alcanza a 1.8 millones, sobre todo, de pequeños agricultores y entre 8 y 10 por ciento del valor del mercado de semillas formal.
Mario Puente, director ejecutivo de la Amsac, comentó que los afiliados a la asociación han reportado robos al transporte y a bodegas con semillas. "Hay casos de camiones completos que se roban, saben lo que es, van específicamente por ese producto, así que ya es un tema de delincuencia organizada", declaró.
Las semillas robadas se mezclan con otras de menor calidad y se envasan con etiquetas de productos de marca y son vendidas a los agricultores más baratas o también rellenan bolsas con semillas que no son las que se especifican en las etiquetas, con consecuencias en la productividad y en el patrimonio de los campesinos.
El principal cultivo donde se refleja el problema es el maíz, pero también se extiende a cultivos de chile, tomate, calabaza o cebolla, agregó Puente.
Rubén Salazar, director de la firma de análisis de riesgo Etellekt, comentó que el crimen organizado se ha unido con vecinos de las comunidades en las zonas de operación de las empresas semilleras para llevar a cabo los robos, lo que hace más complejo su combate.
[caption id="attachment_694818" align="aligncenter" width="600"] Gráfico: Miguel Ulloa[/caption]
“La fusión de estas bandas con gente de las propias comunidades lo vuelve un tema más complejo y difícil de erradicar”, dijo Salazar. Agregó que hay robos en los que la policía estatal no actúa por motivos políticos.
Para el experto, los gérmenes piratas son 60 por ciento menos productivos que las semillas legales.
POR ENDER MARCANO
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