Inquieta a Coparmex el modelo Venezuela

Gustavo de Hoyos llama a evitar que una fuerza política que en México se quiera tomar al régimen de Caracas como un referente político

Gustavo de Hoyos Walther, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), asegura que no está en contra de los partidos y políticos, sean de izquierda o de derecha, pero no desea ver a México convertido en la próxima Venezuela. “Nos preocuparía una expre sión similar a la de Venezuela a donde hubiera un riesgo contra las libertades básicas como expresión y política, democracia y falta de certeza, que implica que el Estado expropie o cierre los medios de producción”, señala el bajacaliforniano, quien revolucionó desde hace un año la defensa de los intereses de 36 mil compañías mexicanas. “Debemos preservar que no llegue una fuerza política que quiera tomar esto como un referente” en el país, dice a El Heraldo de México. Y despeja todas las dudas sobre si tiene aspiraciones de ser gobernador de Baja California: “No es mi sueño ni mi pesadilla”, a contracorriente de que el gremio a su cargo hizo a políticos como Manuel Jesús Clouthier Carrillo, ex candidato presidencial, Carlos María Abascal Carranza, ex secretario de Gobernación (Segob), así como Ernesto Ruffo Appel, primer gobernador de la oposición en México. Todos ellos pasaron por los talleres de liderazgo de la Confederación. Coparmex no es un partido político, pero siempre pone sobre la mesa sus preocupaciones por los entornos político, económico y social de México, afirma el empresario, quien desde su BlackBerry atiende a su familia y los negocios, mientras que desde el iPhone a los afiliados al sindicato patronal, políticos y funcionarios. La presidencia de la Coparmex le hizo abandonar la pasión de vida: el alpinismo. La Confederación nació como un organismo combativo, autónomo y apartidista para que se escuchara la voz de los empresarios en 1929. En 2017, los patrones crean 4.8 millones de empleos formales y generan más del 30% del producto interno bruto (PIB) del país. Poseedor de un ADN combativo, De Hoyos Walther, junto con todos los presidentes de los centros empresariales del país, protestó el 16 de junio de 2016 en el Ángel de la Independencia en contra de las leyes anticorrupción. La presión patronal y social provocaron que el presidente Enrique Peña Nieto vetará varios artículos de esa controvertida ley. Esas protestas de los dueños de las compañías no se veían desde los últimos meses del sexenio de José López Portillo, cuando aquellos no aceptaron la nacionalización de la banca ni tampoco los decretos para incrementar el salario mínimo entre 10% y 30%. En ese momento México vivía entre políticas populistas. El también presidente del Patronato de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), interpuso dos demandas ante el Consejo de la Judicatura Federal en contra del presidente Enrique Peña Nieto y sus funcionarios, por generar ingobernabilidad al aceptar como válidas las manifestaciones de la CNTE. Cabildeó en la creación de la Ley 3 de 3, una plataforma para invitar a los políticos a mostrar si tienen conflictos de intereses, su riqueza, gustos y pasiones. Y es parte activa de la agenda para mejorar la seguridad y los salarios de los trabajadores en México. En muy poco tiempo, hizo que “2016 fuera el año en el que pasaron muchas primeras veces cosas que no se habían visto en el país”, recuerda. A decir suyo, la marcha de la economía mexicana y la generación de empleos no se frenará por los cambios del presidente y gobernadores en 2018, debido a que da por descontado todas las hostilidades. Según el representante del sindicato patronal, los empresarios no estigmatizan a la izquierda ni a sus candidatos, pero se necesitan sus propuestas con los compromisos primordiales: “La estabilidad económica y la libertad corporativa”. "Si el candidato de un color, sea claro o moreno, se compromete con esos dos principios y con lo que deriva de ello.... (entonces) no debemos tener un sobresalto como país”, expresa conciliador. Andrés Manuel López Obrador, presidente de Morena, es el candidato que lidera las encuestas de las consultoras privadas y por tercera ocasión, en 2018 buscará la presidencia. El representante de Morena tendió puentes con la iniciativa privada, algo que no ocurrió en 2006, cuando se enfrentó a Alberto Núñez Esteva, entonces presidente de Coparmex y otros grupos. Núñez Esteva, fundador de Sociedad en Movimiento, decía que a las 50 propuestas de López Obrador les faltaba mucho contenido: “Muchas de sus tesis no coinciden con Coparmex y muchas de sus actitudes no coinciden con lo que nosotros desearíamos en Coparmex”. Sociedad en Movimiento lanzó en 2006 una serie de spots en los que se equiparaba a López Obrador con Hugo Chávez. Del mismo modo, Coparmex y Concanaco crearon un programa cívico para concientizar a la ciudadanía sobre su voto: “Para que no se deje engañar por populistas y vendedores de ilusiones”. Por su parte, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) invirtió en su campaña de spots 13 millones 143 mil pesos. Solamente un reducido grupo empresarial, el cual estuvo encabezado por Yeidckol Polevnsky, ex presidenta de Canacintra, apoyó en todo momento a Andrés Manuel López Obrador. Incluso con “la preocupación por las elecciones de 2018, no veo una afectación directa para nada en las empresas”, asegura el presidente de Coparmex. Y pone como ejemplo las ventas en el sector automotriz, que están en niveles nunca antes vistos en México, amén de que las empresas están invirtiendo fuerte. A México le va bien, por lo que es importante preservar lo fundamental para generar certidumbre jurídica y respeto de la propiedad privada, afirma. Mientras los fundamentales de la economía se mantengan bien, aún con lo belicoso que pueda ser el clima político no afectará a las empresas". De Hoyos Walther pide a los partidos presenten sus planes sobre la libre empresa, la certidumbre jurídica y la estabilidad macroeconómica, ante el INE, para evitar la especulación. “No vamos trabajar en contra de algún candidato ni de un partido, lo que vamos a hacer es nuestras propuestas públicas, para que los candidatos las tomen como propias”, comenta. El empresario relata que la agenda de reformas estructurales, impulsadas por el presidente Enrique Peña Nieto y aprobadas por el Congreso de la Unión, fueron cambios buenos para apuntalar la economía mexicana. Y añade: “La reforma fiscal no nos gustó desde el principio, simplemente no se esperaba y sólo sirvió para cobrarle más a los contribuyentes y duplicar la recaudación”. Por: Enrique Hernández
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