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El valor de un riñón en la economía

El trasplante renal alarga hasta 12 años la vida laboral de un paciente; quienes no tienen acceso a instituciones públicas gastan 250 mil pesos al año

ECONOMÍA

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En México, como en otros países, está teniendo lugar una transformación epidemiológica, en medio de la cual, ciertas enfermedades crónico- degenerativas como la diabetes mellitus y la hipertensión arterial, han desplazado a las enfermedades infecciosas como principales causas de muerte. La Insuficiencia Renal (IR) constituye un problema de salud grave que no presenta síntomas hasta que el paciente se encuentra en fases avanzadas de la enfermedad, es decir, cuando la función renal está muy deteriorada. En 2010, la Secretaría de Salud (SSA) dio a conocer que cada año se suman, por lo menos, 40 mil casos de IR en México, donde el Seguro Popular solo cubre a menores de 18 años que resultan en ocho mil muertes al año. El Sistema de Datos Renales de Estados Unidos realizó un estudio comparativo entre países y determinó que México presentó un aumento del 122% en un intervalo que va desde los años 2000/2001 a 2012/2013 en casos con IR. La Fundación Mexicana del Riñón ha reportado que actualmente existen nueve millones de personas con IR en etapas tempranas. La disfunción renal impacta sustancialmente en el Sistema de Salud y en la economía nacional, ya que los pacientes que requieren hemodiálisis o diálisis peritoneal y que no cuentan con acceso a las Instituciones de Salud Pública (ISP), gastan un promedio de 250 mil pesos al año. Más aún, sólo aproximadamente 37 mil pacientes cuentan con algún tratamiento sustitutivo crónico y sólo se llevan a cabo alrededor de tres mil trasplantes por año, aunque en la lista existen casi 13 mil pacientes en espera de un riñón. Para aquellos pacientes que sí cuentan con acceso al servicio médico público, la IR ocupó el tercer lugar en el gasto por padecimientos en 2009, ya que el Sistema de Salud invirtió cuatro mil 712 millones de pesos en una población que sólo representa el 4% de sus derechohabientes. Un problema de peso Nuestro país está considerado como número uno en obesidad tanto infantil como en adultos, por tal motivo dentro de las principales causas de insuficiencia renal crónica terminal son los problemas metabólicos como la diabetes mellitus, es por ello que la insuficiencia renal crónica terminal es un problema de salud y el mejor tratamiento es el trasplante renal de donador vivo y/o cadavérico. Necesitamos incentivar la cultura de la donación de órganos que es uno de los factores determinantes para el éxito de los programas de trasplantes, es por ello que la participación de organizaciones y empresas son valiosas. Todos los pacientes con enfermedad renal crónica terminal antes y que se encuentren en terapia sustitutiva (diálisis peritoneal y hemodiálisis) deberán ser considerados para trasplante renal. La elección de los pacientes candidatos a transplante renal deberá hacerse bajo consideraciones médicas únicamente. Todos los pacientes en las instituciones donde se realicen los trasplantados serán discutidos por el comité de trasplantes, quienes definirán la posibilidad o no de realizar el trasplante. Tanto instituciones públicas como privadas llevan a cabo trasplante renal ya sea de donador vivo o cadavérico; y cada institución es responsable de la lista de espera así como el comité de trasplantes es completamente independiente y con decisión autónoma. El papel del Cenatra El Centro Nacional de Trasplantes (Cenatra) es la institución que nació para apoyar, supervisar o coordinar la donación de órganos. Sin su autorización no hay transplante. Un paciente sólo puede estar en una lista a la vez, esto quiere decir que sólo en un hospital, el Cenatra registra la fecha y la institución médica. Si un paciente desea cambiar de lista o de institución, se tiene que dar aviso a través del coordinador de trasplantes del hospital y este a su vez hacerlo en el Cenatra. En caso de donador vivo es importante considerar el estado de salud, porque tiene que ser una persona sana. Existen técnicas quirúrgicas que ofrecen un gran beneficio para el donador, mínima complicación y una rápida recuperación para reincorporarse a sus actividades cotidianas, como la cirugía de mínima invasión (cirugía laparoscópica o robótica).
No todas las instituciones realizan este procedimiento de vanguardia, por lo
que recomendaría preguntar antes de iniciar con el protocolo de estudio para trasplante.
*MÉDICO ADSCRITO AL DEPARTAMENTO DE UROLOGÍA DEL
INSTITUTO NACIONAL DE CIENCIAS MÉDICAS Y NUTRICIÓN SALVADOR
ZUBIRÁN, JEFE DE LA UNIDAD DE UROLOGÍA Y FUNDACIÓN CLÍNICA
MÉDICA SUR, CON LA COLABORACIÓN DEL DR. SALVADOR ABURTO
MORALES, DIRECTOR DEL CENATRA.