Don Julián fue sacrificado, pero reencarnó en un perico. Un camello peludo guió parte de su recorrido en el Canal de la Mancha, en un intento de doble cruce. Una foca albina se convirtió en uno de sus compañeros, tras hablar con ella, en medio de leones marinos en California, EU.
Antonio Argüelles es un nadador mexicano de aguas abiertas, la séptima persona en completar el desafío de Los Siete Mares, y un gran contador de historias.
“Me puse tan mal (pancreatitis) que empecé a alucinar, fue un viaje. Mi cuerpo estaba en crisis, estaba cruzando un mar de agua fría, tenía que nadar más de 24 horas", dijo Argüelles, quien mañana nadará los tres ríos principales de Manhattan.
En lo que se entiende como una analogía y una especie de ejercicio mental, ha desarrollado un complejo entrenamiento, ante los desafíos mayúsculos.
En los ríos neoyorquinos, por debajo de 20 puentes, presupuesta un recorrido de 91 kilómetros y más de 19 (o 21) horas de nado.
“En el Canal de la Mancha (Europa) hace mucho frío. Entonces yo necesitaba permiso para entrar en la dimensión de los dragones; si no tienes uno, no puedes entrar. Son importantes, porque arrojan fuego, entonces cuando hace frío, necesitas que te manden fuego a la cabeza. Ese fuego te tiene que empezar a calentar. Ahora en Manhattan (40 Bridges Around Manhattan), mi dragón, llamado Ryu, y yo estaremos trabajando ¿cómo vamos a manejar las últimas horas? Porque va a ser muy difícil. ¿Cómo vamos a entrar al río y ¿cómo me va a pasar energía?”.
“Todos están disponibles, pero los usamos en diferente momento. Los dragones y el chi kung (técnicas que comprenden la mente, la respiración y el ejercicio) sí son constantes”, reconoció.
La exigencia y la preparación es demandante, Antonio entrenó 51 semanas para el desafío.
Además de las distancias y el desgaste, la temperatura del agua representa el más grande reto.
En el verano en NY, el río Hudson, el río East y el río Harlem presentan 24 grados, condiciones favorables, “para nosotros, casi un jacuzzi”, agregó.
“Yo quería ser escritor. En mis blogs hablo de un amigo imaginario, que es Don Julián y siempre estamos en busca del tesoro que robaron los piratas ingleses. Tengo una serie de acompañantes, por ejemplo, en este nado, cuando venga el momento más difícil, invoco al dragón”.
Mañana, Antonio busca cumplir otro reto en aguas abiertas.
PAL