El nombre de Hakan Sukur es recordado por toda Turquía. Es que en el Mundial de Fútbol Corea Japón 2002 anotó el gol más rápido en la historia de esta competencia. Sin embargo, la fama del jugador no le alcanzó para enriquecer sus arcas y hoy en día se encuentra manejando un taxi para poder llevar un plato de comida a su hogar.
Solo habían pasado 10 segundos del pitazo inicial cuando el delantero de Turquía encontró en el área una pelota que un segundo después convirtió en gol y le dio el 1 a 0 parcial a su país en el encuentro por el tercer y cuarto puesto de dicho Mundial de Fútbol, que luego ganarían los turcos por 3 a 2 sobre Corea del Sur. Esto lo llevó a Hakan Sukur a obtener la medalla de bronce, además de consolidar su cuota goleadora y ser el máximo tanteador del país, con 51 goles.
Sin embargo, las vueltas de la vida lo llevaron a tener que abandonar Turquía. En el año 2011, después de su retiro, cambió el fútbol por la política e ingresó al Parlamento turco por AKP, partido de Erdogan, entonces primer ministro y actual presidente. De hecho, cuando ocupó el cargo más importante, en agosto de 2014, Sukur renunció por supuestos escándalos de corrupción. Y la enemistad empezó.
Para evitar represalias, Hakan Sukur se vio obligado a viajar a Estados Unidos. Sin embargo, lejos de alejarse de los problemas, estos lo persiguieron. En 2016, el gobierno lo acusó de organizar un intento de golpe de estado junto al opositor Fethullah Gülen. Luego, un insulto a Erdogan en la cuenta de Twitter del exfutbolista le ocasionaría una orden de arresto, por lo que no puede siquiera asomar por Turquía.
Además, a Hakan Sukur le congelaron sus activos y debió comenzar de cero en California, muy lejos de Turquía. Inauguró una cafetería que, además de tener poco éxito, tuvo que cerrar por represalias. Actualmente tiene 48 años y vende libros, al mismo tiempo que maneja un taxi en Washington. La gloria turca en el Mundial de Fútbol 2002 no puede regresar a su país y aprovecha cada ocasión para denunciar persecución política.