No importaba si era en el jardín de la casa, el patio de la escuela, en la calle entre los coches, pero todos querían ser Fernando Valenzuela, en los años ochenta. Tener el número ‘34’, con la playera original o sobre alguna camisola con los números grabados en plumón o, incluso, con cinta adhesiva, los niños peleaban por ella, pero había un par que gozaban de todo eso en casa.+
En el patio trasero, El Toro aflojaba el brazo con sus hijos, dos privilegiados que no tenían en cuenta de quien era su padre.
“Tirábamos la bola con mi hermano, se iba para un lado o para otro, era muy divertido”, recuerda Fernando Valenzuela Burgos, hijo de la leyenda de los Dodgers.
Con el pasar de los años, aquellos niños con privilegios se fueron dando cuenta de que su padre era una estrella.
“Cuando iba a la escuela mis compañeros me decían que si yo era su hijo, hasta las maestras, y sólo les decía que pues sí; me preguntaban que si iba a pitchear, me pedían boletos para los juegos. La verdad no sabía qué decirles”, comentó el ahora Presidente de los Tigres de Quintana Roo, de la Liga Mexicana de Beisbol.
Para Valenzuela Burgos seguir los pasos de papá eran su ilusión, y siempre estuvo para apoyarlo.
“Fue muy directo, me daba consejos cortos, pero llegaba al punto. Fue alguien que nos inspiró a ser grandes personas. Nos decía: 'lo que vayas a hacer, trabaja duro y hazlo bien'. No importaba lo que quisiera hacer, para él estaba bien, pero que tenía que echarle ganas”, dijo Burgos.
Hoy, como ex jugador y padre de familia, también entiende el sacrificio que hacía El Toro, por sus hijos.
“En el beisbol, como cada papá y como yo lo viví con mis hijas, tienes que trabajar. Por las giras a veces no los ves en semanas, o se tiene que ir a otras ciudades, así que no convives con él día tras día en la casa; es difícil como hijo, pero uno lo va entendiendo. Sabes que los papás hacen lo que sea por los hijos y por poner comida sobre la mesa”, comentó Fernando Jr.
Este año El Toro Valenzuela cumple 60 años de vida y 40 de su debut en Grandes Ligas, por lo que su hijo espera tenerlo en casa.
“Queremos que todo salga bien (con el COVID-19) y que la gente ya tenga oportunidad de viajar, esperamos una visita pronto de él para poder festejar. Si Dios quiere, vendría en noviembre”, agregó.
Con el nuevo calendario de la Liga Mexicana de Beisbol, y los planes de los Tigres, esperan que esa visita en noviembre sea para festejar un campeonato más de la franquicia, que este año cumple su 65 aniversario.
Ante la situación por el COVID-19 con una videollamada o un mensaje por Whatsapp se mantiene la comunicación entre los Valenzuela, para ver cómo están o simplemente para platicar, pero siempre se tiene tiempo para hablar de beisbol, un privilegio que aún goza, una charla de "El Rey de los Deportes” con la leyenda y su padre, El Toro.
Por Omar Moro
lhp