Ernesto Canto, el marchista mexicano que ganó todos los oros disponibles a nivel regional, continental, mundial y Olímpico, falleció este viernes a los 61 años de edad, en un nosocomio del Estado de México, después de luchar contra el cáncer.
Fue justo en un día como hoy, de hace 29 años que Ernesto Canto recibió el Premio Nacional de Deportes, luego de convertirse en Campeón Mundial de los 20 km de marcha, en el certamen de Helsinki, Finlandia, en 1981.
Canto Gudiño ingresó al hospital a finales de octubre pasado en un estado grave causado por cáncer de páncreas e hígado, y tras una semana en cama, él tomó la decisión de recibir medicamentos que aminoraran su dolor, mientras los médicos evaluaron la posibilidad de inducirlo al coma, para inhibir las dolencias de la enfermedad que después se propagó a sus pulmones y su estómago.
“Estoy luchando contra una enfermedad. Agradezco a todos ustedes sus sinceras palabras de aliento y preocupación por mi estado de salud, cada día recupero fuerza y ánimo para seguir adelante”, suscribió el ex andarín, por medio de sus redes sociales, el 31 de octubre.
El Comité Olímpico Mexicano confirmó el deceso del ex atleta, quien fue el más grande orgullo del entrenador Jerzy Hausleber, pues fue el único de una larga dinastía en la marcha atlética mexicana que se consagró con todos los títulos de las más importantes de competencias en el mundo y además fue nombrado el mejor marchista del orbe en la temporada 1983.
Al año siguiente, durante los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984, el mexicano cruzó la meta en primer lugar en la prueba de los 20 km, con nuevo récord olímpico para colgarse la presea de oro con 1:23.13 horas.
Canto nació el 18 de octubre de 1959 en la Ciudad de México. Se inició en la caminata a los 9 años, y en 1972 obtuvo el título Nacional Infantil en Monterrey, Nuevo León; su primer logro internacional fue a los 14 años de edad: oro en la prueba de 10 km, el Campeonato Centroamericano Juvenil de Caracas, Venezuela en 1974; tres años después retuvo el cetro en Xalapa, Veracruz.
Pero su primer triunfo contundente fue en la Copa Lugano de Valencia, España, en 1981, una “prueba de fuego” antes de los Mundiales de Helsinki 1981, donde demostró que tenía la fuerza, la inteligencia y la técnica para superar a los atletas europeos.
De entre sus últimos logros destacó la medalla de oro que ganó en la Copa del Mundo de San Juan, Puerto Rico, en 1991, justo 10 años después de convertirse en el primer campeón mundial del atletismo mexicano.
Con una nueva generación de marchistas, Canto se despidió de la atmósfera de competencia olímpica en Barcelona 1992, donde terminó en el sitio 29 (1h:33m.51s), pero toda su vida se mantuvo ligado a la familia olímpica mexicana.
Por: KATYA LÓPEZ