Vaya drama

el tri logra su pase a las semifinales, pese a un penalti inexistente, con angustia en la serie desde los 11 pasos

Fue la noche más difícil para la Selección Mexicana. La de mayor drama, nerviosismo y desconcierto, también, para el ciclo del técnico Gerardo Martino. Porque ganarle a Costa Rica, y ubicarse en las semifinales de la Copa Oro, le costó un mundo al equipo tricolor, tanto en el tiempo regular como en la definición por penaltis (5-4). Si algún ingrediente hacía falta, además, éste vino desde el arbitraje, tras una jugada polémica, fuera del área, en la que Luis Rodríguez derribó a Joel Campbell y el árbitro panameño John Pitií señaló dentro, para el empate costarricense de Bryan Ruiz, desde los 11 pasos (52’). Antes, de forma sorpresiva, en el momento que los ticos acechaban la portería de Guillermo Ochoa, Raúl Jiménez había puesto el 1-0 con una media vuelta que se metió a las redes (43’). El trámite, sin embargo, siguió siendo complicado en el complemento. Mientras el Tricolor buscaba con acciones por las bandas, Costa Rica respondía con individualidades y generaba peligro a toda velocidad. Mucho tuvo que ver Ochoa para mantener el empate hasta el silbatazo final. No sólo por sus atajadas, vitales para el ánimo de los mexicanos, sino también por su experiencia en los momentos cruciales de los penaltis. Desde los 11 pasos, el portero del Standard de Lieja atajó el último cobro de Keysher Fuller, en la muerte súbita, y descomprimió la presión de México para avanzar a las semifinales de la Copa Oro. De los seis tiradores, sólo Raúl Jiménez falló en la apertura de la definición por esta vía. Luis Montes, Roberto Alvarado, Jesús Gallardo, Héctor Moreno y Carlos Salcedo mandaron el balón a las redes. Ahora, el Tricolor enfrentará a Haití, en busca de la final. Por REDACCIÓN EL HERALDO DE MÉXICO
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