Mano Negra pertenece a una camada de enmascarados que se educó con la época dorada de la lucha libre mexicana. De esa instrucción se formó este rudo desafiante que regresa a los encordados para dar su último golpe en El Coloso de la Doctores.
“Vengo gustoso como la primera vez, pero pensando y ratificando que va a ser mi última lucha en el sagrado ring de la Arena México”, asegura el gladiador de 69 años, figurándose en la función Leyendas Mexicanas, del 6 de diciembre, en donde hará sus últimas llaves en compañía de Súper Astro y Negro Navarro, para enfrentar a Blue Panther, Negro Casas y Virus.
[nota_relacionada id=764196]
“Me van a ver con el equipo original, el que siempre usé y que me ha acompañado por 48 años, y si la afición lo quiere, al final del evento me quitaré la máscara”, cuenta El Hombre del Guante Negro, quien debutó en 1971 en el pancracio nacional.
En su andar luchístico, este enmascarado de la oscuridad se alimentó de grandes rivalidades como las que tuvo con Fishman, El Cobarde o Tony Salazar. Una de éstas, la que más lo marcó, fue la que sostuvo con Atlantis, y que concluyó con la pérdida de su tapa, en la misma Arena México en la que se despedirá el viernes.
“Es un cúmulo de emociones, no sé en qué forma la gente pueda ver este tipo de eventos, porque no son tan seguido”, señala. “No creo que vaya a ser una noche de nostalgia, hay que ver esto con alegría”, agrega, mientras su mirada se posa en las butacas de la Arena México.
Sobre este rudo, es pertinente aclarar que los elementos que lo visten tienen varias peculiaridades. En primera instancia está el diseño de su máscara, el cual nació de un concurso en el que los aficionados enviaron sus bocetos para vestir las diferentes personalidades de Mil Máscaras, de estas propuestas, varias se quedaron en el tintero, pues este mítico gladiador no las usó y se guardaron.
Así, entre 500 diseños, Jesús Reza Rosales escogió la que defendió con orgullo a lo largo de su carrera luchística como Mano Negra.
Sumado a esto, está el nacimiento de su nombre, pues cuenta que durante su primera sesión fotográfica, se tapó la cara. Tras revelarse las imágenes, éstas mostraron su mano en negro, dando origen a su nombre de batalla, que además se reforzó por el movimiento de los atletas afroamericanos en los Juegos Olímpicos de México 1968.
Con el tiempo, surgieron mitos sobre al guante negro con el que saltaba al ring. “Decían que estaba quemado o me faltaba un dedo”, recuerda con humor.
Además de los atributos mencionados, pasan los años y El Hombre del Guante Negro conserva la elegancia del luchador clásico. Camino erguido, con los zapatos boleados, y con un saco bien planchado por los pasillos de la México.
“Desgraciadamente ya no se preocupan tanto por la presentación”, critica.
[nota_relacionada id=764379]
“Yo estaba muy joven cuando veía a un Santo, un Demon, un Huracán, llegar impecables a la arena. Luego pasabas cerca de ellos y te dejaban un rico aroma, y uno decía “qué suave”, por eso mi gusto por la presencia”, recalca.
Mano Negra se acerca al anochecer de su vida en los cuadriláteros. Pero antes de irse, afirma que partirá con entereza. Ya en su casa, tras su última lucha, colgará el guante negro que con el que ajustició a más de uno.
Por J. Alexis Hernández
jram