LONDRES.- Más de 50 mil personas se dieron cita para la última salida de Usain Bolt. El silencio con que los asistentes respetaron el llamado del juez para colocarse sobre sus bloques de salida fue impresionante.
Pasadas las 21:40, hora local, el mejor corredor de velocidad de todos los tiempos recibía el apoyo de la totalidad de los londinenses.
Bolt, fiel a su costumbre, fue amable con todos, le regaló sonrisas y guiños a la cámara, sabiendo que eran para todos los que se habían dado cita, y para los millones que estaban tras su televisor para ver la última carrera de menos de 10 segundos y que más expectativa causa alrededor del mundo.
Un hombre que es capaz de generar tal magia en tan poco tiempo sin duda es sorprendente. Hombres, mujeres y niños de un país muy lejano a Jamaica con banderas de esta isla del caribe, sin duda brindaron un gran espectáculo.
El momento de la salida estaba listo. Bolt por el carril tres; Gatlin, el norteamericano y poco querido rival a vencer, por el carril seis; Yohan Blake, quien dicen podría ser el sucesor de Bolt y compañero de entrenamiento, también listo por el siete.
En todo el estadio se percibe una gran tensión que explota justo con el sonido del disparo de salida; Bolt no es el más rápido; su estatura de 1.96 metros lo hace salir retrasado.
Desde el inicio de la carrera se nota que la despedida no será la fiesta soñada y la medalla de oro 12 en el Mundial vuela al cuello del norteamericano Gatlin, quien queda adelante por apenas unos centímetros.
No creo que en el lapso de la carrera Usain recordara que su última derrota en los 100 metros se produjo ante el estadounidense Gatlin, en la Gala de Roma de 2013.
Pero seguro antes de su última salida recordó algunos de sus logros, como la primera medalla de un Mundial, que logró en Osaka 2007, una de plata en los 200 metros. Y seguro también recordó las medallas olímpicas en los 100 metros de Beijing, Londres y Río.
Un atleta que desde los 17 años es olímpico, en Atenas fue eliminado en la primera ronda de los 200 m.
Transcurrió la primera mitad de la carrera y Usain Bolt trató de retomar el control… 42 zancadas para recorrer 100 metros no fueron suficientes.
Logró una velocidad máxima inferior a la acostumbrada, de 44.80 km por hora, que logra entre los 60 y 80 metros. Nunca pudo recuperarse y le abrió la puerta a quien ya lo había vencido.
Justin Gatlin es hoy el campeón mundial, pero no lo perdonan... su antecedente y suspensión de dopaje por cuatro años lo hace el más odiado del atletismo, por lo que se llevó una sonora rechifla.