Levantar a los Pumas de la UNAM del hoyo en el que se encuentran sumidos al parecer será mucho más complicado de lo previsto.
Este domingo, los ahora dirigidos por Sergio Egea mostraron más orden, un esquema diferente al que solía utilizar Juan Francisco Palencia, pero aún así, salieron de Veracruz con una nueva derrota.
Y es que el equipo del puerto, dirigido por Juan Antonio Luna no mostró gran cosa. Es en el papel, uno de esos equipos frente a los que Pumas podría haber vuelto al ruedo, si es que en verdad se trata de un "grande".
La primera parte, los universitarios fueron casi dueños del partido. Con un parado táctico diferente, que dejó en la banca a titulares habituales en la era Palencia como el lateral Mendoza, el joven Figueroa, y Néstor Calderón. Debutó a Rodrigo González en defensa, y decidió arrancar con Guerrón (por primera vez) y Rabello de dupla goleadora ante la ausencia de Nicolás Castillo. Esos cambios, bastaron para que los universitarios se vieran con mucho más orden, proyección ofensiva, y un equilibrio en medio campo, cortesía de su flamante contratación, el chileno Marcelo Díaz.
Pero cuando las oportunidades no se concretan adelante, y la concentración defensiva falla, ocurre lo que a Pumas esta tarde. Veracruz anotó en un balón enviado al centro del área, con un primer remate de cabeza que lo dirigió hacia donde se encontraba Villalba, quién remató solo y frente a un Saldívar que pudo haber salido por la pelota, pero prefirió no hacerlo. Fue el gol que sentenció el partido.
A partir de ahí, los universitarios no pudieron levantarse. De hecho, conforme el partido avanzaba, se fueron desdibujando más y más, dejando ver que darle la vuelta a la situación puma, será más difícil de lo que parecía.
La gran pregunta es, qué hará Sergio Egea los siguientes días. Mantenerse como "bombero", tras la inesperada salida de Palencia, hasta que llegue el nuevo DT, dirigir algunas jornadas más para hacer un diagnóstico más profundo de lo que pasa en Pumas, o bien, terminar el torneo al frente del equipo, de la forma más digna posible.
Para Veracruz, en contraste, la victoria fue un bálsamo que les permitió salir de la última posición en la tabla de cocientes, lugar que tras su derrota, ocupa el Atlas.
Por Jorge A. Taboada Palomar