Paola Espinosa regresará a los entrenamientos en octubre


Después de haber ganado todo en su deporte, la saltadora mexicana Paola Espinosa sacará provecho en el nuevo ciclo olímpico de su nueva condición de vulnerable, gracias a la cual se ha convertido en una mujer más humana.


"Cambió mi forma de ser, ahora soy más vulnerable y sensible y eso es bonito", dijo en entrevista Espinosa horas antes de vivir mañana la experiencia telúrica de dar a luz a una niña en el mismo día de su cumpleaños 31 y del quinto aniversario de su medalla olímpica de plata en Londres 2012. Es una de las deportistas latinoamericanas más exitosas del presente siglo, campeona mundial de la plataforma de 10 metros en el año 2009 y con dos preseas olímpica en saltos sincronizados desde la plataforma, pero ahora, sin la presión de demostrar, pretende asumir el presente ciclo como una etapa de disfrute. "Se va a llamar Ivanna, me muero de ganas de conocerla, de ver cómo es físicamente. Estoy nerviosa y ni su papá ni yo hemos podido dormir bien en los últimos días ante tanta ansiedad. Después de ella todo será diferente pero seguiré en el deporte y en octubre regresaré a los entrenamientos", explica. Paola tiene un rostro casi perfecto en el que sobresalen unos ojos pícaros que sojuzgaron al subcampeón olímpico Iván García cuando la enamoró y la convirtió su mujer. Hace una pausa para recordar y detalla el mejor cuento de su carrera deportiva, cuando fue segunda en Londres junto a la adolescente Alejandra Orozco. "No sé si hice de sicóloga pero en Londres debí trabajar con ella para que permaneciera contenta y sin presiones. Como era el día de mi cumpleaños hablamos más de eso que de la competencia señalada para el atardecer y pudimos competir tranquilas", recuerda Paola. El 31 de julio de 2012 las mexicanas estuvieron en el centro de las miradas de la gente de su país porque el día antes Iván García y Germán Sánchez habían conquistado plata en la misma prueba, pero se concentraron en asumir el reto como si fuera un entrenamiento, aún cuando eso es un imposible en una final olímpica. "En cada clavado nos metimos en lo que debíamos hacer, traté que Alejandra no supiera cómo iban las posiciones y las cosas fueron saliendo", explica. Espinosa y Orozco empezaron a acercarse a la condición de medallistas olímpicas después de los saltos obligatorios cuando desplegaron un programa complejo con saltos de hasta 3.3 grados de dificultad. En la cuarta ronda dieron un golpe maestro con 3,5 vueltas hacia atrás y cerraron con una ejecución con giros para colocarse en el segundo lugar. "Estábamos en plata. Entonces nos fuimos al jacuzzi a esperar los saltos de las canadienses Megan Benfeito y Roselin Filion y al recibir ellas menos puntos, mantuvimos el lugar y entonces sí celebramos abrazadas", recuerda. Después de más de veinte años en el deporte, Espinosa tiene claro que los mejores triunfos llegan cuando se entrena con alegría y como pasa por un estado de gracia por la llegada de su hija, cree estar lista para clasificarse a los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla 2018 y ahí empezar su quinto ciclo olímpico. "Estoy ilusionada, con un nuevo equipo de trabajo en Guadalajara y me preparo para empezar una etapa hermosa como madre y en el deporte con los Juegos de Barranquilla, los Panamericanos de Lima 2019 y los Olímpicos de Tokio 2020", asegura. Hace años los científicos del deporte demostraron que las mujeres elevan su rendimiento físico después de la maternidad. Paola sacará provecho de eso, pero el gran beneficio le llegará con el favor de su vulnerabilidad, condición que le permitirá disfrutar los saltos de una manera más inocente, como hizo hace un montón de tiempo cuando se lanzó por primera a vez al agua como parte de un juego.EFE   https://twitter.com/PaolaEspinosaOf/status/882391323667550208
 
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