En una infografía con la que se explicaba la forma en la que la gente conoce a los ciclones tropicales en todo el mundo, la Comisión Nacional del Agua explicó que en Japón, Corea y China se les conoce como tifones, en México y el resto de América como huracanes y en Australia, como Willy-Willy.
Aunque esa definición es inexacta en el caso de Australia, el Willy-Willy es un fenómeno curioso que, además del nombre llamativo en lengua aborigen, forma parte importante de la cultura del país oceánico.
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Formados en los amplios territorios desérticos con los que cuenta la Isla-Continente, los Willy-Willy no son otra cosa que tornados o torbellinos delgados, de poca fuerza y mucha altura, que suelen levantar el polvo rojo típico de la región para elevarlo contra el cielo azul.
De acuerdo con el Servicio Meteorológico de Nueva Gales del Sur, estos fenómenos meteorológicos son mucho más frecuentes durante las temporadas secas y en zonas relativamente despobladas.
¿Qué tan peligrosos son los Willy-Willy?
La fuente del gobierno australiano señala que rara vez existen incidentes relacionados con los Willy-Willy, cuyo nombre es posible que se deba a una adecuación de la palabra inglesa whirlwind, que significa tornado o torbellino.
El mayor riesgo con los Willy-Willy es que suelen levantar pequeños objetos del piso para arrojarlos a varios metros de distancia, con lo que pueden golpear personas o propiedades, pero es algo bastante inusual.
Los Willy-Willy y la cultura
Para muchos pueblos originarios, los fenómenos meteorológicos están relacionados con manifestaciones de los dioses que les advierten sobre cierta cosa en el futuro, y los Willy-Willy no son la excepción.
De acuerdo con distintas tradiciones, se trata de un espíritu benigno que suele vagar por la Tierra repartiendo semillas y que, cuando se cansa de su trabajo, se convierte en una persona.