A punto de que suenen las 12 campanadas que marcan el fin de un año y 2021 se convierta en historia llegó el momento de la reflexión: el resumen de lo sucedido en el mundo del espectáculo.
Aunque por supuesto fue un año atípico vimos con alegría y expectación el retorno de los grandes festivales, muestras y eventos masivos en todas las áreas del arte, así como las premiaciones de cine, galas y conciertos musicales; el regreso del teatro, los desfiles e incluso, la celebración de las Olimpiadas en Japón, que dio la pauta sobre la nueva forma de realizar actividades masivas con distanciamiento social y estrictas medidas sanitarias.
En ese contexto, la tendencia en la moda fueron las mascarillas protectoras en todas sus modalidades, y en las pasarelas, las alfombras rojas y las ceremonias de estreno algunas estrellas y personalidades desfilaron con sus mejores galas y tan sólo se quitaron el cubrebocas al momento de posar para la foto. En algunos casos las capas de plástico y los divertidos accesorios tipo “burbuja” fueron la tendencia, lo cual demostró una vez más que “la moda, aunque nos incomoda, a todo se acomoda”.
Otro de los fenómenos que marcó 2021, y tal parece que no sólo para que la industria del espectáculo sobreviva sino que marcaron una tendencia que estoy cierto permanecerá, fueron los eventos y celebraciones virtuales y el uso de las redes como espacio promocional; así, las plataformas sociales prácticamente se vieron inundadas por la explosión de contenidos y personalidades emergentes.
No sólo las nuevas generaciones, sino también las “estrellas de antaño” se subieron al tren de la tecnología cibernética que no estuvo exenta de escándalos y controversias y de la polución de fake news o el uso de datos personales, así como de transformaciones y la evolución hacia nuevos niveles de interacción. Hace unos días el propietario de Facebook, Mark Zuckerberg, anunció que la red social más utilizada en el planeta cambiaría de nombre para llamarse “Meta” y su objetivo sería crear un
“metaverso” o universo paralelo donde el usuario tendrá la oportunidad de interactuar digitalmente, a través de dispositivos de realidad virtual y aumentada, como las gafas inteligentes; esto significa la creación de un territorio completamente nuevo habitado por ciudadanos avatares quienes podrán tener espacios para habitar, usar dinero para comprar ropa, realizar encuentros y charlas virtuales, ir a conciertos u organizar torneos de videojuegos sin estar necesariamente conectados a un ordenador o una red social.
No cabe duda que la realidad –ahora virtual–, supera cualquier pronóstico de la ciencia ficción. Esto sí que es espectacular y sorprendente. Regresemos al mundo real y al recuento del agonizante 2021: si bien el futuro significa evolución, la tendencia en el cine comercial mundial y en las plataformas de entretenimiento estuvo marcada por la “retromanía” y la sucesión de nuevas temporadas de viejos éxitos, los ejemplos de estrenos más taquilleros: Spider-Man: Sin camino a casa, Ghostbusters: el legado, Amor sin Barreras, Space Jam: Una nueva era, Venom, Carnage liberado o Eternals, el film estelarizado por Salma Hayek; aquí abro un paréntesis para señalar que el talento mexicano está en una nueva “era dorada”; si bien la tendencia en producción de películas de origen nacional está copada por las profusión de comedias románticas ligeras, lo cierto es que nuestro cine está en su mejor momento, para muestra los filmes Annette de Léos Carax; Memoria de Apichatpong Weerasethakul; Noche de Fuego, dirigida por Tatiana Huezo; La Civil de Teodora Mihai, todas producciones o coproducciones mexicanas que resultaron galardonadas en la ceremonia de clausura del 74° Festival de Cannes, el evento de cine más importante del planeta.
En el ámbito de la música a nivel global –tan extenso e impredecible– destacan dos fenómenos que marcaron este año: el primero, y parafraseando a Napoleón, quien hace 200 años declaró “…el día que China despierte, el mundo temblará…”, y tal parece que esto sucedió a nivel musical, por lo menos el K-Pop está conquistando el planeta: se destaca el fenómeno BTS, considerados los “Backstreet Boys” del momento, quienes arrasaron en las listas musicales y se erigieron en la primera banda con cuatro álbumes número uno en menos de dos años; éxito que solo The Beatles conquistaron.
Por otra parte, el género urbano de origen latino sigue su camino hacia la conquista global, para muestra, el triunfo de Camilo y Bad Bunny en los escenarios. Las listas de popularidad y las entregas de premios internacionales ejemplifican estas tendencias. En teatro, la celebración de los premios Metro en el Teatro Ángela Peralta de la Ciudad de México fue motivo de gran alegría y orgullo, demostró que, pese a todos los malos pronósticos, la escena en México está superando el reto, nos alegramos de que obras como Chicago, el musical, Blackbird, Ghost. La sombra del amor o Sugar, obtuvieron merecido reconocimiento.
¿Qué nos espera en 2022? La moneda está en el aire y, por supuesto, una incógnita en proceso. La vida o el destino nos siguen demostrando que nuestra capacidad de asombro no tiene límites; por lo pronto hay que celebrar que estamos vivos, sanos, rodeados de nuestros seres queridos y muy dispuestos a seguir superando cualquier reto. Lo más importante, con toda la actitud y la capacidad de mirar hacia adelante, les deseo un muy, pero ¡muy Feliz Año 2022!
*El autor publicó recientemente Crónicas transatlánticas. De batallas, amores y otros exilios. México, Ediciones del Lirio, 2021.
POR LUIS DE LLANO MACEDO
MAAZ