El Jardín Botánico de Chapultepec

El jardín lo sabía:
esperaba su destrucción
como el sentenciado el hacha.
La higuera era la diosa, la Madre.
Zumbar de insectos coléricos,
los sordos tambores de la sangre,
el sol y su martillo.
Octavio Paz ("Entre dos jardines").

México cuenta con una larga historia con relación a los jardines botánicos, los prehispánicos no sólo fueron grandiosos en cuanto a su belleza, sino en sus técnicas de riego, conservación y trasplantes. Motolinía decía que las huertas de los valles de Atlixco y Huaquechula llegaban a superar las de Granada y Orihuela. Con ríos, arroyos y fuentes que recogían las aguas de las nieves del Popocatépetl. Cortés quedó maravillado con la huerta de Moctezuma: la consideró “la huerta mayor y más hermosa y fresca que nunca vio”.

[nota_relacionada id=1207274]

Las plantaciones de flores y árboles eran ordenadas de acuerdo con geometría del diseño de paisaje, pasajes con paredes de cañas entretejidas de carrizo y cubiertas con yerbas olorosas, tejiendo igualmente la luz y la sombra gracias a árboles de hoja perenne como los cedros, cipreses, sauces y ahuehuetes, que llamaron la atención de los cronistas de Indias por su grandeza y maderas olorosas.

NORMALIDAD. Los jardines botánicos son espacios al aire libre, donde mantener la sana distancia es posible.

La creación de los bosques de Chapultepec y de Tetzcotzinco se atribuye al rey poeta Nezahualcóyotl. Chapultepec no sólo era un lugar de diversión de los monarcas mexicas, sino también un espacio sagrado, de estudio, donde vivían los dioses protectores del agua y de la naturaleza: Tláloc y Chalchiuhtlicue.

Los jardines botánicos en el México precolombino estaban desarrollados cuando apenas se iniciaban en Europa. Después de su destrucción en la Conquista, no volverán a aparecer hasta el siglo XVIII. En 1865, Maximiliano de Habsburgo convocó a 17 estados a enviar plantas y animales para un proyecto, lo que nunca se cumplió a cabalidad.

En el Jardín Botánico de Chapultepec se inauguraron, en 2006, 5.3 hectáreas de jardín que son parte del Instituto de Biología de la UNAM. Se creó para difundir la cultura de los  pueblos indígenas por su gran respeto y amor a la naturaleza y su cultivo. Fue renovado en 2008, y cuenta con un orquideario que es el más importante de la ciudad. 

  • SOBRE SU PASADO En México se dan mil 300 tipos de orquídeas, 40 por ciento son endémicas y tienen una importancia económica y ceremonial desde tiempos inmemoriales.

Todo lo anterior es para reconocer la importancia de un plan para preservar y renovar el Bosque de Chapultepec, interconectando e incluyendo importantes espacios como Los Pinos y el Campo Militar. Coincido con muchos de sus objetivos, pero me preocupa sentir que la profundidad y complejidad del funcionamiento de un gran jardín botánico no esté incluida ni en el lugar ni el concepto de lo que será un nuevo jardín etnobotánico.

Todo lo ecológico parece estar amalgamado en una zona donde los objetivos, los espacios y sus vocaciones parecen confundirse más que articularse con el plan general. Como si la primera sección fuera para los museos, la segunda para lo ecológico, etcétera.

El funcionamiento científico, histórico y multicultural de un jardín botánico debería ser el paradigma del sano funcionamiento de todo el ecosistema biocultural e histórico del Bosque en general.

Se harán tres nuevas construcciones; en el lugar del jardín botánico actual habrá un pabellón para expresiones artísticas contemporáneas. El Jardín Botánico será trasladado a la segunda sección. Mover obras de arte o mobiliario no tiene los mismos riesgos que mover el jardín y sus orquídeas, que llevan años aclimatándose en un lugar. Un porcentaje importante de las plantas que están actualmente en ese lugar no soportará el traslado.

EXPERIENCIAS. Además establen lazos con músicos, escritores, chefs, grupos de teatro o de danza.

¿Por qué no hacer dos secciones de jardín botánico? ¿Por qué construir un recinto más de exposiciones? ¿Son insuficientes los que hay? ¿No se pueden reinventar objetivos conjuntos? ¿Por qué dejar en agonía a tantos espacios culturales sin presupuesto, y con una historia digna y respetable?

Propondría reutilizar espacios, pero no construir nuevos recintos. El jardín botánico contemporáneo ha demostrado en otros lugares que convive sanamente con arte contemporáneo, como el Instituto Inhotim en Brasil o el Jardín Botánico de Culiacán, en Sinaloa, entre otros. En el de Chapultepec se han puesto obras contemporáneas anteriormente; en 2018 me invitaron a realizar un proyecto al interior del jardín, con una función social extendida hacia la comunidad en Chimalhuacán.

[nota_relacionada id=1207275]

Nunca antes en la historia los jardines botánicos han sido tan importantes; son la punta de un iceberg, de conocimientos, educación, preservación y estudio ecológico. No necesitamos ni más museos ni menos bosque. Un jardín botánico fue parte del origen y fundamento de la historia del Bosque de Chapultepec: tenemos una deuda pendiente con ese concepto.

Parecería el momento para retomarlo, fortalecerlo y multiplicarlo. Lo que se construya, real y simbólicamente ahí, tendría que ser: puentes, pasillos, escaleras, conexiones, pasajes que mejoren, que iluminen la naturaleza y la conciencia de los que la visitan, elementos que multipliquen la movilidad y la interacción, pero sin restar áreas verdes, sin dividir instituciones ni sanar algunas partes y olvidar o ignorar a las demás. 

Por Betsabeé Romero
betsabee_r@icloud.com
BGM

Temas