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Zacatecano universal de enorme dimensión; así era Manuel Felguérez

CULTURA

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El estado de Zacatecas ha sido cuna y morada de artistas plásticos de relevancia, como Pedro y Rafael Coronel, Ismael Guardado, Alfonso López Monreal, Francisco de Santiago Silva, Alejandro Nava y Manuel Felguérez.

Este último es uno de los grandes, de los gigantes de la pintura, de la escultura, del humanismo. Quienes lo conocimos, lamentamos su ausencia; era un buen conversador, un hombre optimista, siempre de izquierda, con una capacidad impresionante de recepción y de escucha. Trabé una gran amistad con él y con Meche, su esposa, su compañera incansable, invariablemente al lado de él, en todas partes y en todo momento.

Por su originalidad, su trabajo se inserta en el camino de aquellos artistas que, a lo largo del tiempo, han utilizado la plástica no como un medio de reproducción, sino de expresión. Figura compleja en el panorama del arte mexicano, Felguérez trascendió las fronteras estéticas nacionales y, además, los límites artísticos de su tiempo; basta recordar que fue el primero en desarrollar sistemas computacionales que con la pintura originaron una unidad creativa hasta entonces inimaginable en nuestro país. 

A finales de la década de los90 del siglo anterior, cuando me desempeñaba como gobernador de Zacatecas, tuve la encomienda de determinar la ampliación y donación del inmueble que, en el siglo XIX, alojó al antiguo Seminario Conciliar Tridentino de la Purísima Concepción, para continuar con la creación del Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez. Ya durante la primera etapa de remodelación y adecuación del edificio como museo, Manuel había entregado una importante colección de su obra. 

En 1997, en el marco de la exposición que conmemoraba el medio siglo de la trayectoria artística de Felguérez, cobró fuerza la idea de crear un museo que llevara su nombre. Él recibió la propuesta como un reto a la creatividad: “Sé hacer un cuadro, sé hacer un mural. Ahora, a ver cómo se hace un museo”. 

De la mano de Meche, y con la colaboración de un gran número de artistas, desde un principio dedicó el espacio al arte abstracto, logrando integrar extraordinarias obras que muestran un recorrido por más de medio siglo del desarrollo de esta expresión en nuestro país.

“Es un museo para el futuro, lleva mi nombre, pero lo hicimos entre todos los pintores a base de donación, y cuenta con un gran acervo, construido y fundado en su momento”, comentaba el maestro.

Al principio, el museo fue concebido como un lugar más pequeño, pues compartiría espacio con un centro de convenciones. Sin embargo, durante la ceremonia de inauguración de la primera sala de la colección permanente, tomé el micrófono para anunciar que en ese edificio no quería oficinas, y que todo el inmueble se utilizaría para el museo. Fue así como se iniciaron las adecuaciones necesarias para transformar el edificio en lo que es hoy.

Para Felguérez su museo representaba, además de un anhelo cumplido, una gran responsabilidad, pues, respecto a las labores de adaptación del espacio, aseguraba: 

“La parte de reestructurar el museo en la cuestión arquitectónica es una de las grandes ilusiones de mi vida. Para dirigir, en todos los casos, me lanzo, sin planos, lo que siempre realizo son maquetas, tal vez por mi formación de escultor, me gusta ver el espacio real y cualquier problema que exista lo resuelvo ahí”. 

El Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez, el primero de su tipo en México y América Latina, es un recinto vivo y en constante renovación, pues no ha dejado de recibir donaciones de obra de artistas nacionales y del extranjero, convirtiéndose en un referente obligado en el país para las personas interesadas en el arte abstracto. 

De igual manera, representa el principal testimonio tangible de uno de los movimientos estéticos más significativos de la historia del arte mexicano del siglo XX, y de su vigencia actual, expresada a través de la conformación de una extraordinaria colección que reúne la obra de más de 170 artistas que, junto al acervo de casi 800 piezas donadas por Felguérez, han hecho del arte abstracto una realidad. 

Los más de 60 años de quehacer plástico de este creador talentoso y prolífico, manifestados en los diversos medios y técnicas que empleó, como pintura. escultura, obra gráfica y mural, relieves escultóricos, arte digital y escenografía, quedarán para la eternidad como ejemplos elocuentes de su presencia, y como testigos del inagotable ímpetu que Felguérez tuvo a lo largo de toda su vida. 

Por Ricardo Monreal

ricardomonreala@yahoo.com.mx

Twitter y Facebook: @RicardoMonrealA

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