El busto de Chava Flores lleva un tapabocas bordado en forma de piña, el de Consuelo Velázquez luce distintos tonos rosados y el de Manuel Esperón tiene un alegre mostacho. Y así, los 17 bustos que integran el Jardín de los Compositores, justo en la división de la colonia Condesa y la San Miguel Chapultepec, han sido intervenidos por un grupo de tejedoras agrupadas como Tragos y tejido ja ja (#TTJAJA).
Como una acción de yarnbombing o arte urbano, que a la manera del graffitti utiliza el estambre como medio de expresión, la instalación tiene por objeto levantar la voz de manera pacífica y “resistir con un poco de color”, la circunstancia adversa que vive la ciudad a partir de la pandemia.
El acto además, se adhiere a la celebración internacional del #YarnBombingDay, que se celebra cada 11 de junio y ha elegido el Jardín de los Compositores, en homenaje a las creadores de la música que sigue alegrando el corazón de los mexicanos aún en situaciones adversas.
Los tapabocas multicolores, afirman las tejedoras, “son un símbolo de esperanza de que pronto podremos ver nuestras sonrisas, hoy cubiertas” y también, un acto de resistencia “contra a la tristeza del aislamiento, a dejar de reunirnos a tejer los jueves, a dejar de creer, a perder la esperanza, a dejar de abrazarnos y estar junt@s”.
El grupo ha realizado otras obras colectivas en la Central de Abastos y en el Festival Internacional Cervantino.
Sobre esta práctica
- El yarn bombing es una especie de arte callejero hecho con hilo o lana.
- Algunos han ubicado sus orígenes en Estados Unidos y otras en Europa.
¿Qué más?
- En el año 2004 fue cuando apareció la práctica, posiblemente en Holanda.
- Un total 1300 hexágonos tejidos, conformaron una pieza mexicana para el FIC
Por Luis Carlos Sánchez
eadp
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