Racista, polarizado y con una desigualdad terrible, así ha descrito Guillermo Arriaga (Ciudad de México, 1958) a México en su última novela Salvar el fuego (2020). Como sus personajes –un criminal de condición humilde y una bailarina acomodada, que acaban
enamorándose–, el autor, ganador del Premio Alfaguara, no hace concesiones ante la adversidad:
“Yo no tengo ahora más solución que la que puede plantear una novela y la novela lo que platea es el encuentro personal y la defensa de lo más hondo que tienes un ser humano”, dice, ante la situación que vive el país.
El destino ha querido que entre el lanzamiento de la novela y su selección como ganadora del Alfaguara, se interponga la crisis sanitaria por el coronavirus. Arriaga está en casa, guardando la cuarentena, pero los problemas que describe en su libro siguen allá afuera:
La novela habla de la complejidad de la situación económica, social y política del México contemporáneo, obviamente abre una esperanza, pero no es a nivel general sino particular, es el encuentro de los personajes consigo mismo y la defensa de quiénes son, sin conceder, por eso se llama Salvar el fuego, porque son personajes que no conceden antelas circunstancias".
Entre el miedo y la rabia de un país dividido, los protagonistas acaban amándose, pero no es sólo el amor lo que mueve la historia de Arriaga, también está ahí "el racismo, el cuerpo, el arte, la solidaridad, y sí, quería explorar cuáles son las diferencias tan marcadas entre dos clases que parecen irreconciliables en México", cuenta.
Por ahora, México ha tomado una pausa obligada, pero "esperemos que esto implique un momento de reflexión total", dice.
[nota_relacionada id=937251]POR LUIS CARLOS SÁNCHEZ
eadp