FIL GUADALAJARA

Lidia Jorge cree en la juventud y un futuro mejor

La ganadora del Premio FIL en Lenguas Romances reveló cómo se volvió escritora y también habló de su madre quien murió de COVID-19

CULTURA

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Lidia Jorge.Foto: Especial

La vida moderna presenta desafíos tremendos, la pandemia mundial de COVID-19 y la generación hiper tecnologizada son tan solo unos de ellos, pero no hay que perder la esperanza en que la historia cambiará y sino está la literatura para hacerlo. La escritora portuguesa Lidia Jorge en la FIL virtual, recordó especialmente a las víctimas del coronavirus entre ellas, su madre.

“Los jóvenes deben decir ‘yo creo en el futuro’, tienen que creer que el futuro será hecho de sus manos y que son capaces de pasar todas las dificultades. Están delante de desafíos tremendos porque tienen que hacer una gran síntesis entre la cultura humanística y una cultura tecnológica y científica; son desafíos tan grandes porque van a tener que cambiar el mundo sobre una línea de equilibrio muy sencilla, y me parece que lo van a conseguir”.

Lidia Jorge, en la charla virtual “Mil jóvenes con…”, reconoció que fue una niña solitaria y se refugió en los libros porque su abuelo no quería que se aburriera. ¿Cuál fue el resultado? A la niña nunca le gustaban los finales de los libros que leía, así que los reescribía, sin imaginar que esa se convertiría en su profesión.

“Cuando terminaba de leer yo no quería que las historias terminasen como terminaban, yo quería cambiar los finales de las historias. Cuando tenía nueve años empecé a escribir pequeñas historias que cambiaban las de los libros para adultos que leía en voz alta para mi familia. Tenía la idea de que escribiendo podía cambiar las historias humanas que estaban cerca. Me ha dado la idea de un poder de que, con mi pequeño cuaderno, los papeles y el lápiz yo podría cambiar la vida y aún sigo pensando así”.

La poeta y ensayista reconoció que le encanta la narrativa de Juan Rulfo en sus libros El Llano en Llamas y Pedro Páramo.

 Al abordar el tema del feminismo, apuntó que esta generación no ha visto más que solo una pequeña parte de lo que alcanzará el poder de la mujer.

“No hemos alcanzado el poder, no tenemos aún la gran voz del poder, somos las que pueden mejor hablar del poder porque estamos escuchando de lejos y debajo de la mesa del poder. Lo que quiero decir a las hermanas escritoras es que sean sinceras con la vida, sean testimonio sincero y no fútiles de la vida; que se enlacen con el dolor de las mujeres de su pueblo y hablen de ellas de una forma sencilla, apasionada, de sus sufrimientos y sueños, y que no se dejen ir por la superficialidad o por circunstancias que no son las más importantes”.