A partir de 1948, cuando el arquitecto Luis Barragán (1902-1988) construyó su célebre casa en la Ciudad de México, cerca de la zona de Tacubaya, también se encargó de llenarla de objetos y obras de arte. Una propuesta curatorial, realizada por la estadounidense Elena Filipovic, aventura sobre los objetos, obras de arte y otros artefactos que el jaliciense elegiría en la actualidad.
Como parte del programa Estancia Femsa, la Casa Luis Barragán inaugura el sábado 21 de septiembre, la exposición “Emisarios de cosas abandonadas por los dioses” en la que han sido sustituidos 56 objetos y obras de arte, conservadas por el arquitecto, por igual número de piezas elaboradas ahora por 16 artistas de diferentes nacionalidades.
“El punto de partida de esta exposición es el concepto de reemplazo de las obras encargadas a los artistas por las que ya estaban aquí en la casa. Fue un proceso bastante complejo, recorrí toda la casa y estudie todos los objetos; al ver los objetos pensé qué artista podía reemplazar el objeto con la misma fuerza; algunos de los objetos acabaron teniendo una conexión formal y otra conceptual", explicó Filipovic.
La curadora, quien también es directora en jefe de Kunsthalle Basell, eligió a los artistas Mathieu Kleyebe Abonnenc (Guyana Francesa), Danai Anesiadou, Heinz-Peter Knes, Jutta Koether (Alemania), Roberto Cuoghi (Italia), Lutz Bacher, Ektor Garcia, Matthew Angelo Harrison, Deana Lawson, Michael E. Smith (EU), Gabriel Kuri (México), Jill Mulleady (Uruguay), Seth Price (Israel), Pamela Rosenkranz (Suiza), Andra Ursuta (Rumania) y Lynette Yiadom-Boakye (Reino Unido).
Las nuevas piezas, afirmó Filipovic, “van a cuestionar y llevarán a la reflexión sobre la personalidad de Barragán: No sólo se trata de sustituir un objeto sino de reemplazar un sistema de creencias con otro, un objeto espiritual con otro”.
De esta manera, piezas como una representación anónima de marfil de la crucifixión de Cristo es reemplazada por una fotografía de un bebé afroamericano que nació muerto, realizada por Deana Lawson; una escultura de yeso de un pie humano es sustituido por una escultura de Lutz Bacher de un brazo humano hecho con gel nalístico y grasa; una pintura de Chucho Reyes del Arcángel Gabriel, fue reemplazada por una pintura de un niño con un pavo real hecha por la británica Yiadom-Boakye.
Por Luis Carlos Sánchez
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