La humilde choza de Tlaxcalaltongo, Puebla, donde la lluviosa noche del 21 de mayo de 1920, fue acribillado Venustiano Carranza, será recreada como parte de una magna exposición que se prepara con motivo del centenario de su muerte. La muestra en el Museo Casa de Carranza, el mismo lugar donde fue velado el cuerpo del constitucionalista, incluirá el resultado de las últimas investigaciones científicas en torno al crimen, informó el director del espacio, Víctor Hugo Jasso.
Van a exponerse las prendas con las que fue asesinado, armas, hay varias sorpresas; vamos a hacer la reconstrucción de la choza donde fue asesinado, se hará escala 1 a 1, él andando a caballo y vamos a hacer un trabajo de investigación, no para cambiar la historia, sino para que el espectador forme su propio juicio”, señaló.
La exposición, afirmó, forma parte de un nuevo perfil que quiere mostrarse sobre Carranza: “Queremos que se divulguen los postulados de la Constitución y no nada más el personaje, lo más importante es lo que hizo, junto con otros; pretendemos divulgar la parte de la ciencia, la tecnología, la antropología, la arqueología y la paleontología”.
Oficialmente, el 29 de diciembre se conmemora el 160 aniversario de su natalicio, aunque a decir de Jasso, “él festejaba su cumpleaños, pero hay antecedentes de que se cumple en enero”. Con motivo de la efeméride, el museo exhibe a partir de hoy la exposición: "Coincidencias, Pastrana y Carranza", en donde se ha mezclado el trabajo del artista zacatecano y la vida del constitucionalista. Ambos nacieron en 1859 y no sería, sino hasta 1917, cuando Carranza lo nombra Inspector local honorario y conservador de Monumentos Históricos; dos años después lo nombró director del Museo de Guadalupe, en Zacatecas.
La exposición se centra en la obra de Manuel Pastrana: está integrada por 29 pinturas provenientes del museo que dirigió el artista, alumno de la Academia de San Carlos. Se muestran diferentes etapas en su producción; una línea del tiempo intenta vincularlo con Carranza, de quién se exhibe una escultura en bronce, de cuerpo completo.
Entre el cuerpo de desnudos masculinos, debido a que en la época estaba prohibido a las mujeres modelar, se exhibe el óleo “Estudio de piel dorada” (Ca. 1873-1875) que muestra, a simple vista, un faltante de capa pictórica. A decir de Jasso, la obra se expone así de manera intencionada y no resultó dañada durante el traslado desde el Museo de Guadalupe: “Durante el proceso de exhibición se va dar la restauración, se puso para que la gente vea cómo se hace la restauración”.
En 2019, afirmó, se trabajó sobre todo en la reestructuración del museo, que mantiene abiertas todas las salas; mostrar la restauración in situ forma parte del nuevo enfoque que se quiere dar al espacio:
Que el público pueda acceder a lo que pasa tras bambalinas y a los montajes”.
POR LUIS CARLOS SÁNCHEZ
eadp