En 2015, integrantes del Programa de Arqueología Urbana (PAU) del Templo Mayor descubrieron el
Gran Tzompantli, un
muro de cráneos de guerreros que fueron
sacrificados por los mexicas en honor a Huitzilopochtli.
A dos años del hallazgo, el equipo de arqueólogos ha descubierto que
entre esos cráneos también están los restos de mujeres e incluso niños, a quienes reconocían como dioses. Todos ellos desollados para ser colocados en el altar.
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Infografía Jairo Ramírez[/caption]
"Estamos dentro del recinto sagrado de la ciudad de Tenochtitlán, la sede del poder religioso y económico de los mexicas”, dice el director del PAU, Raúl Barrera, parado en un antiguo edificio ubicado en la calle República de Guatemala 24, donde descubrió el Huey Tzompantli: el más importante encontrado hasta ahora en el centro ceremonial de los aztecas (se calcula que son siete). En sus palabras: “un tzompantli es un muro, un altar de cráneos, los cuales se colocan en postes y varas de madera. Este es circular y fue construido por los aztecas".
https://youtu.be/NnYZqwgLGd8
Los expertos del PAU estiman que el gran muro de cráneos pudo medir 36 metros de largo y 14 metros de ancho, un poco más de lo que mide una cancha de futbol rápido; hasta ahora se ha detectado al interior de este predio en la esquina noroeste, sólo 13 metros de longitud y 6 metros de ancho del Tzompantli.
Para terminar de conocer la estructura completa habría que
excavar gran parte de la calle República de Guatemala y un pedazo del atrio de la Catedral Metropolitana, explica Barrera.
En agosto de 2015, el PAU anunció que se habían encontrado 35 cráneos, aunque se esperaban más hallazgos. Hasta este año, se han contabilizado un total de 484 y se han registrado 10 mil 500 fragmentos de huesos, los cuales, estiman, podrían conformar 221 cráneos más. Aunque las dos temporadas formales de investigación del equipo terminaron el 30 de junio pasado, el proyecto continúa.
“Me atrevería a decir que llevamos alrededor de un 70% del trabajo total realizado. No sabemos en qué fecha podríamos concluir. En la arqueología no hay tiempos exactos, afortunadamente ya tenemos un avance considerable”, afirma el arqueólogo.
Otro de los descubrimientos importantes fue la orientación del Tzompantli. “Con base en fuentes históricas, se pensaba que estaba centrado frente al Templo Mayor, pero nos dimos cuenta que está un poco desfasado hacia el sur y centrado con el templo de Huitzilopochtli. Lo anterior es entendible porque es el altar del dios de la guerra, un dato que vino a modificar lo ya que se sabía”.
LOS CRÁNEOS
Estos cráneos pertenecen a guerreros cautivos de distintas partes del país, explica Barrera. “Hay que entender cómo se concebía la muerte; el sacrifico humano existe desde el período Preclásico en toda Mesoamérica, no fue exclusivo para los mexicas”.
Abel Badillo Guzmán, antropólogo físico, detalla que se han estudiado 48 de los cráneos hallados, de los cuales 16 son mujeres y cuatro son niños. “35 son jóvenes, 9 adolescentes y sólo cinco pasan los 35 años, una edad avanzada para la época”.
Badillo Guzmán explica que el siguiente paso de su investigación consiste en realizar una serie de análisis para determinar el origen de estos cráneos. "Lo que podemos afirmar es que todos fueron víctimas de sacrificio, toca comprobar de qué parte del país fueron traídos".
Por Scarlett Lindero