En 2015, integrantes del Programa de Arqueología Urbana (PAU) del Templo Mayor descubrieron el Gran Tzompantli, un muro de cráneos de guerreros que fueron sacrificados por los mexicas en honor a Huitzilopochtli.
A dos años del hallazgo, el equipo de arqueólogos ha descubierto que entre esos cráneos también están los restos de mujeres e incluso niños, a quienes reconocían como dioses. Todos ellos desollados para ser colocados en el altar.
[caption id="attachment_62068" align="aligncenter" width="2858"] Infografía Jairo Ramírez[/caption]
"Estamos dentro del recinto sagrado de la ciudad de Tenochtitlán, la sede del poder religioso y económico de los mexicas”, dice el director del PAU, Raúl Barrera, parado en un antiguo edificio ubicado en la calle República de Guatemala 24, donde descubrió el Huey Tzompantli: el más importante encontrado hasta ahora en el centro ceremonial de los aztecas (se calcula que son siete). En sus palabras: “un tzompantli es un muro, un altar de cráneos, los cuales se colocan en postes y varas de madera. Este es circular y fue construido por los aztecas".
https://youtu.be/NnYZqwgLGd8
Los expertos del PAU estiman que el gran muro de cráneos pudo medir 36 metros de largo y 14 metros de ancho, un poco más de lo que mide una cancha de futbol rápido; hasta ahora se ha detectado al interior de este predio en la esquina noroeste, sólo 13 metros de longitud y 6 metros de ancho del Tzompantli.
Miércoles 15 de Enero de 2025