Mientras en Francia aprueban leyes para prohibir desfilar en pasarelas a mujeres demasiado delgadas que no presenten certificado médico, Louis Vuitton rechazó a la modelo de 20 años Ulrikke Hoyer, que es talla 4-6, por considerarla “demasiado grande”.
La modelo, agraviada con la situación, habló del caso en sus redes sociales y ahora el asunto está dando la vuelta al mundo con fuertes críticas para el titán de la industria de moda de lujo. La nota ha sido recogida por medios como BBC, CNN, The Huffington Post, The Guardian y contando.
La especialista danesa buscaba un lugar en la pasarela de la lujosa marca en su Fashion Show del pasado 14 de mayo en Tokio, Japón. “Me pidieron que solo tomará agua 24 horas antes del fitting”, narra en un largo post de Facebook.
Ulrikke -que en los últimos dos años ha desfilado para Louis Vuitton, Valentino, Versace, Hugo Boss, John Galliano y Elie Saab, entre otros- había viajado desde su natal Copenhague hasta la capital nipona tan sólo para la pasarela, que se realizaría en el popular Museo Miho del metrópoli.
Cuando realizó el casting, la rubia fue rechazada por ser: “demasiado grande”. Ultikke mide 1 metro 78 centímetros de estatura y sus medidas son 79 de pecho, 61 de cintura y 86 de caderas, según los datos difundidos por su agencia en Dinamarca. Su talla es 34 a 36. El post de Instagram donde cuenta su historia se aproxima a los 50,000 Likes.
ESTE ES EL MENSAJE QUE ULRIKKE DIFUNDIÓ EN SUS REDES SOCIALES:
Acabo de volver de Tokio, donde Louis Vuitton ha realizado un bello desfile de crucero en Kioto, solo que nunca llegué a Kioto porque cancelaron mi participación debido a que estoy “demasiado gorda” (tengo una talla 34-36).
Alexia, la agente de casting de Ashley Browak [una potente directora de casting en el mundo de la moda] me dijo que hubo problemas durante las pruebas. Según ella, tengo “una tripa muy hinchada”, “la cara hinchada” y me instaron a que me matara de hambre a mí misma con esta frase: “Ulrikke tiene que beber solamente agua durante las próximas 24 horas”. Me quedé en shock cuando lo escuché.
Me levanté a las dos de la mañana y tenía muchísima hambre. El desayuno empezaba a las 6:30, y yo comí lo mínimo. Tenía miedo de encontrarme con Alexia, pero por suerte no llegó hasta las ocho, cuando ya se habían llevado el plato de la mesa. Nos saludó con un ‘buenos días’ a mí y a las otras chicas y luego me miró, miró hacia abajo hacia mi no existente plato y me volvió a mirar. Estaba comprobando si había comido algo.
A las siete de la tarde mi agencia base me llamó desde Dinamarca para darme malas noticias y contarme que Louis Vuitton había decidido cancelar mi participación en el desfile sin hacer la segunda prueba y que me mandaban de vuelta a casa. No solo tenía barriga y mi cara estaba inflada, ahora mi espalda también era un problema.
Me alegro de tener 20 años y una trayectoria en deportes de élite y no ser una chica de 15 años, que son nuevas en esto y no tienen seguridad en sí mismas, porque no me cabe duda de que habría acabado muy enferma y arrastraría muchas cicatrices en mi vida adulta.
En Facebook la modelo extiende la versión y resalta lo “humillante” que resultó todo el asunto para ella: “Me fui a cenar con otras modelos y luego a mi habitación porque no podía enfrentarme a la gente que acababa de humillarme partiendo de la base más ridícula y humillante. Sólo había hecho lo que me habían pedido. Tres horas después estaba en un avión de vuelta a casa. Lo que iba a ser una experiencia única y alucinante acabó como algo muy humillante”.
Según Ulrikke, el problema no fue que la rechazaran del evento, que es algo que ya ha experimentado, sino el comportamiento prepotente y las exigencias de los encargados de reclutar el talento para Louis Vuitton, justo en una época en la que se intenta crear consciencia acerca de las reprobables rutinas a las que someten a las mujeres que se dedican.
Por Erick E. Tapia / El Heraldo de México
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