En el inmenso mundo de TikTok, es muy fácil encontrar videos aterradores en donde se muestra cómo es explorar cementerios cuando éstos cierran sus puertas. Y aunque las imágenes se quedan como un buen susto nocturno, la realidad es que estos lugares no sólo están habitados por esqueletos y fantasmas, pues los altos costos de las viviendas han obligado a muchas familias a hacer uso de estos espacios para convertirlos en sus casas y así es vivir dentro de las tumbas.
Sigue leyendo:
OVNI: un padre y su hijos captan en VIDEO un objeto extraño con forma de rombo en el cielo
Así es vivir dentro de las tumbas de un cementerio
Las impactantes imágenes fueron compartidas en TikTok a través de la cuenta @multitalentotv y en los videos se muestra una impactante realidad: familias viviendo en cementerios. El metraje compartido pertenece a un documental del canal "Proyecto Happiness", en donde se muestra a niñas y niños jugando entre las tumbas, adultos realizando tareas cotidianas como cocinar y lavar ropa, todo en un entorno que para muchos simboliza el final de la vida.
Todo parece indicar que el panteón en donde se desarrolla toda la vida cotidiana se encuentra ubicado en las Filipinas, donde se han contabilizado más de 100 mil millones de pobladores, razón por la cual el territorio está demasiado lleno y no es posible encontrar lugares para vivir con precios accesibles. Este fenómeno no es aislado y refleja una problemática social y económica profunda que obliga a muchas personas a buscar refugio en lugares que tradicionalmente están reservados para los muertos.
Aunque esto parezca muy extremo, vivir dentro de las tumbas es una realidad para decenas de personas, quienes han comenzado a ocupar los espacios y han logrado acondicionarlos para tener casas de hasta dos plantas, creando una comunidad muy particular que no se preocupa por pisar las tumbas e incluso escalarlas para llegar así hasta su nuevo hogar.
De acuerdo con el documental, en este cementerio viven cerca de cuatro mil personas, quienes han usado los mausoleos como una casa e incluso han logrado construir servicios como duchas y baños comunitarios para así sostenerse dentro del cementerio. Y si bien, nadie puede cobrarles ni un centavo por ocupar el camposanto como vivienda, la mayoría de los habitantes trabajan dentro del mismo lugar.
Según testimonios de las familias, el trabajo no hace falta, ya que diariamente se realizan cerca de 100 funerales, por lo que es necesario mantener las tumbas limpias y realizar arreglos entre las que aún son visitadas por sus familiares. Es así como entre huesos, polvo y tumbas, las personas han empezado a hacer su vida normal mientras conviven con la muerte; porque si bien, a muchas personas les aterraría pisar un cementerio de noche, las y los residentes del lugar afirman que aunque han visto cosas espeluznantes, poco a poco se acostumbran a ello.
¿Por qué hay personas que viven dentro de los cementerios?
De acuerdo con expertas en el tema, la pobreza extrema es una de las principales causas de este fenómeno, ya que en muchas ciudades de América Latina y del mundo, la falta de vivienda accesible y el alto costo de vida han llevado a que las familias más vulnerables busquen refugio en lugares no convencionales y los cementerios, con su relativa seguridad y espacio disponible, se convierten en una opción viable para las personas que no tienen a dónde ir.
Igualmente, las políticas gubernamentales ineficaces y la falta de programas de vivienda social exacerbada la situación; muchas veces, estas familias no cuentan con acceso a servicios básicos como agua potable, electricidad o saneamiento, lo que agrava aún más su precaria situación.
Uno de los aspectos más inquietantes de esta situación es la invisibilidad de las personas que viven en los cementerios, ya que a menudo son ignoradas por la sociedad y las autoridades, quienes prefieren no enfrentar la dura realidad de la pobreza extrema. Esta invisibilidad contribuye a la perpetuación del problema, ya que sin reconocimiento, no hay políticas ni acciones efectivas para abordar las causas subyacentes.
Así mismo, el estigma asociado a vivir en un cementerio también juega un papel importante, porque estas personas son vistas con desprecio o lástima, lo que dificulta su integración en la sociedad y su acceso a oportunidades para mejorar su situación.