Un buen nivel de energía nos hace sentir poderosos. Quizá el capricho millonario por naturaleza es la energía. Pero, ¿por qué capricho?, te preguntarás, porque es lo que nos mueve, lo que nos hace ser. Algo que no se ve, pero que seguro se siente. Algunos lo llaman vibras, yo lo llamo energía.
Nos damos cuenta de que estamos con una persona con alta energía, porque nos sentimos atraída hacia ella. En las relaciones normalmente se te regresa aquello que tú le inviertes, ¡eso es energía! Desde el momento que pones en práctica vibrar en un canal más alto todo cambia. Hay energía en las palabras y en los pensamientos.
¡Y cuidado! Las energías se contagian. De nada te sirve estar trabajando en subir tu energía si te juntas con personas con energía baja. Tony Robbins, escritor y orador motivacional estadounidense, dice que la energía se dirige a donde pones tu atención. Para obtener lo que quieres en la vida, debes tener un objetivo claro y enfocar toda tu energía en ello. Cuando haces esto todo se empieza a alinear.
La semana pasada, Robbins estuvo en la Ciudad de México y entre otras cosas dijo que la energía puede venir también de la emoción, que cuando hacemos cosas que nos gustan se eleva, cuando no, baja. Cuando comemos en exceso, la energía baja.
¿Qué pasa si tú eres el de la energía baja? Puedes hacer estas cosas:
Desarrolla una mentalidad
de abundancia.
Enfócate en una parte de la personalidad de la persona que admires.
En tu tiempo libre, lee, escucha podcasts, ten conversaciones con gente que admires y que quieras.
Medita. Es esencial para enfocar tu energía y controlar tus
pensamientos.
Haz ejercicio, es ideal para enfocar tu energía. La adrenalina y endorfinas que se producen ayudan al cerebro a trabajar con claridad.
Escucha música. Ayuda a que nuestro cerebro produzca dopamina y estemos contentos, aumente nuestra energía y enfoque.
Sonríe, sólo con hacerlo cambia la señal en tu cerebro. Esta científicamente comprobado, nuestra fisiología le informa a nuestra psicología.
¡Ríe! Estar contento es de las más altas vibraciones energéticas.
Organízate. Tu casa, tu oficina, tu espacio, tu agenda. Es la mejor forma de que fluya la energía.
Come bien y sano.
Hidrátate.
Duerme bien.
Ámate. Sí, es lo más importante, si no te amas a ti mismo, difícilmente podrás amar a alguien más. Párate en frente del espejo y di cosas lindas, no te critiques, apóyate y motívate.
Ahora que sabes que la energía que proyectas depende de ti, no hay excusas, trabaja en ello y sé testigo de cómo cambia tu vida.
Por Brenda Jaet
Ilustración: Gustavo Ortiz
MAAZ