Decía Albert Einstein que las crisis son la mejor bendición que puede sucederle a las personas porque traen progresos, y así le ocurrió a la reconocida escritora y conferencista motivacional Adriana Macías, quien luego de 15 años de matrimonio decidió divorciarse.
Sin embargo, esa difícil experiencia no hizo más que reforzar en ella sus inmensas ganas por vivir y seguir aprendiendo todo lo que pueda, así como continuar compartiendo a través de sus libros y conferencias las maneras en que ha sorteado esos momentos difíciles de su vida.
Adriana, para quien no tener brazos nunca ha sido un obstáculo, revela que una de las formas en que ella sale adelante es viendo a la vida como un milagro.
"La vida es tan corta, hay que disfrutar cada instante, siempre lo vi así".
Particularmente, asegura, su tercer libro Prometo amarme y respetarme todos los días de mi vida (2015) le mostró los errores que había cometido.
"Fue hasta que mi hija cumplió dos años que pude confirmar que me sentía menos mujer por el hecho de no tener brazos, con el papá de mi hija y que a todas mis parejas las tomé desde la inseguridad, de sentirme menos", expuso.
Y si bien en algún momento intentó rescatar su matrimonio, al final se dio cuenta que eso tenía que ser una cuestión de dos, así que tomó la decisión de ser mamá soltera seis meses antes de que estallara la pandemia de Covid-19.
"Fue muy revelador, muy doloroso, pero también fue increíble darme cuenta de que no estaba en deuda y en estos tres años he conocido a nuevos amigos".
Si bien Adriana no tiene la certeza de lo que provocó su divorcio, cree que cuando su hija cumplió dos años esperaba ver una entrega, respuesta, atención y cooperación, hacia la niña por parte de su expareja, pero no fue así.
En entrevista con El Heraldo de México, destacó que esto no es algo que le ocurre solo a las mujeres, sino también a los hombres, a los seres humanos que "no construimos el amor propio". Sin embargo, si algo le dejó su divorcio fueron tres cosas: fortaleza, libertad y asombro.
"Quedé asombrada, nunca sabemos de lo que somos capaces hasta que lo hacemos y yo muchas veces pensé yo no me divorcio, yo sí tenía toda la intención de casarme hasta que la muerte me separara. Si alguien en algún momento me hubiera dicho te vas a divorciar y tú lo vas a proponer, no lo hubiera creído".
Pensar en que tenía que sacar adelante sola a su hija y en un contexto que sacudió al mundo entero, le generó temor y aunque efectivamente, vivió momentos complicados, salió adelante, y ahora su hija ya tiene seis años y están vivas y bien.
"He tenido buen viento a favor y ha surgido porque he tenido la valentía de tomar decisiones confiando en mí".

Su amor al arte
Adriana asegura que ama el arte en todas sus presentaciones, desde la música clásica hasta el reguetón, y desde Mario Benedetii hasta Jacques Lacan. Además, de acuerdo con la influencer mexicana, todas las experiencias de su vida la llevaron a escribir.
A sus 43 años cuenta ya con cuatro libros: Abrazar el éxito (2007), La fuerza de un guerrero (2008), Prometo amarme y respetarme todos los días de mi vida (2015), y finalmente Enamórate de ti, los cuales han estado inspirados en algunas de sus experiencias de vida.
"Nunca me imaginé dedicarme a escribir libros, no me visualizaba como escritora, ni siquiera como conferencista, yo quería trabajar en un despacho de abogada, estaba esperando que en algún momento una empresa me abriera las puertas, pero no sucedió, era un México nuevo, en el que era difícil contratar a una mujer abogada sin brazos, la apertura y la incursión en esos temas era muy austera", explicó.
Cada libro que ha hecho lo ha ido construyendo de frases o ideas que le surgen a veces durante la madrugada o cuando está en el restaurante, en el avión e incluso de sus sueños.
"Había días que me ponía a llorar todo el día, y de repente decía bueno ya, voy a escribirlo, entonces todos mis libros lo que más tienen son sentimientos", aseguró.
También decidió tocar el chelo
"Me empezó a surgir esa voz que te dice sí, sí es eso, toca ese instrumento y de repente esta discusión entre esta voz interior y este pesimismo te refuerza y te das cuenta que ya no hay nadie que te critique, estoy sola para decidir", reveló Macías.
La elección del instrumento fue simple: llegó a la tienda y lo vio, así fue como decidió; pensó en sus ganas de abrazar, algo que no ha sido fácil para ella.
"Creo que el chelo es muy abrazable y dije este es el que me gusta, y tengo ganas de sacar este dolor, esta desilusión, tengo ganas de encontrarme, de valorarme y descubrir quién soy, y qué mejor que abrazando el arte".
Luego encontró el profesor ideal para enseñar a una mujer sin brazos a lograr este reto.
"Diseñamos un estilo, una manera de tomar el arco, el equilibrio, la fortaleza, llevo dos años tocando con mi maestro, muy divertido, emotivo".

La importancia de la salud emocional
Adriana reconoce que si hubiera tenido un terapeuta, no hubiera durado 15 años casada.
"Pero ya sabes uno se cree superhéroe y yo puedo con todo, claro que estoy bien, esto es lo correcto, por favor yo doy conferencias de actitud positiva, yo soy feliz todo el tiempo, nunca me enojo, pero después me di cuenta que es tan ridículo como decirle a un oncólogo por qué tengo cáncer si tú eres oncólogo, eso no lo puedes controlar, debí tenerlo".
Considera que la terapia es una herramienta necesaria, pero en su momento no tenía la madurez para reconocer que sí lo necesitaba.
Asegura que su hija no tuvo un impacto tan fuerte cuando ocurrió su divorcio porque no tenía "una conciencia tan abierta", incluso abrió su corazón y compartió que uno de los motivos de su separación es que no había tanta unión familiar como esperaba.
"Como yo, ella no puede extrañar algo que no ha tenido y al principio como muchas mujeres, me sentía con este miedo de cómo no va a tener mi hija su familia, pero así como yo vivo sin brazos, mi hija puede vivir sin su papá, todos tenemos una dificultad en la vida, no todo es increíble y perfecto".
Finalmente, compartió que el utilizar sus piernas para realizar sus actividades, ha generado que haya un desvío en su columna y también se han visto afectadas algunas vértebras de su cuello, por su manera de hacer las cosas, "pero no estoy tan fuera de lo normal", aseguró.
Sin embargo, debe cuidar mucho su alimentación, fortalecer su abdomen para no cargar tanto peso en la espalda y tener una postura adecuada.
"Cuido mucho mis posturas cuando tengo los pies arriba, trato de no apoyar todo en mi cóccix, y vas aprendiendo como cuidar tu cuerpo".
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