PENA DE MUERTE

George Stinney Jr., la persona más joven en morir en la silla eléctrica; su caso inspiró este libro de Stephen King

El caso del adolescente de 14 años fue analizado 70 años después por una jueza de Carolina del Sur, quien dijo que no habría tenido un juicio justo

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George Junius Stinney Jr. fue sentenciado a la silla eléctrica en un juicio que duró menos de un día. Foto: ArchivoCréditos: Foto: Archivo

A lo largo de la historia de la humanidad han existido episodios llenos de crueldad e injusticia, pero ninguno ha sido tan sonado como el caso de George Stinney Jr., quien con tan sólo 14 años y cinco meses de edad fue sentenciado a morir en la silla eléctrica.

El 24 de marzo de 1944 en el condado de Clarendon, en Carolina del Sur, tuvo lugar uno de los asesinatos más brutales que conmocionaron a Estados Unidos, sin embargo, por aquella época la mayoría de los ojos estaban enfocados en lo que ocurría en Europa, pues se estaba desatando la Segunda Guerra Mundial.

Durante esa calurosa mañana de marzo, Betty June Binnicker, de 11 años, y su amiga, Mary Emma Thames, de ocho años, habían salido a pasear al campo con sus bicicletas. Mientras recorrían el camino, se encontraron con un adolescente de color, George Stinney Jr., y su hermana, Amie Ruffner, quienes serían las últimas personas en ver con vida a las pequeñas.

De acuerdo con el testimonio de Amie Ruffner, ella y su hermano estaban cuidado a la vaca de la familia, cuando Betty June y Mary Emma se acercaron para preguntarles si conocían un lugar en el que pudieran recolectar flores, pero al decirles que no sabían, las pequeñas siguieron su camino.

Al caer la noche, los familiares de Betty June y Mary Emma las buscaron desesperadamente por todos lados. Se organizaron grupos para explorar y dar con su paradero lo antes posible. Pero lo que más se temían se hizo realidad la mañana del 25 de marzo de 1944, cuando los dos pequeños cuerpos fueron hallados cerca de las vías del tren.

Según los registros policiacos, los cadáveres de las niñas yacían con sus cráneos salvajemente golpeados, cuya arma homicida habría sido una pesada viga. Ante la ira de los pobladores, los policías realizaron una escueta investigación para dar con el asesino, tras hacer unas horas, llegaron con George Stinney Jr., quien fue detenido. El menor de 14 años confesó el crimen en menos de una hora de interrogatorio.

Un juicio exprés

El 24 de abril de 1944 se celebró el juicio en contra de George Stinney Jr., quien fue representado legalmente por Charles Plowden, quien únicamente estuvo parado a un lado del adolescente para dar constancia que se le había proporcionado la defensa que marca la ley.

Mientras que el jurado estuvo conformado por 12 hombres blancos, obviamente no había nadie de color o alguna mujer. Como se dijo años después, la supremacía racial se hizo evidente.

Tras conocer las evidencias, el jurado deliberó por tan sólo 10 minutos para que, por unanimidad, se declarara a George culpable de asesinato en primer grado.

En esa época, según las leyes de Carolina del Sur, a partir de los 14 años cualquier persona era tratada como un adulto. Por eso, George fue sentenciado a la silla eléctrica el 16 de junio, apenas tres meses después de los crímenes. Durante ese tiempo, sus padres no pudieron ir a visitarle, pues se les obligó a abandonar el pueblo.

El día que se cumplió la sentencia, se le vio caminar por el corredor de la muerte, un adolescente de menos de 1.70m y que pesaba menos de 60kg. Debido a que la silla estaba hecha para hombres de mayor tamaño y complexión, hubo problemas para que se ajustara a George. Incluso, la máscara que se les colocaba se le caía, por lo que tuvieron que improvisar.

Al final, cuando se activó el interruptor, la primera descarga hizo que el menudo cuerpo del menor se estremeciera y la máscara se desprendiera del rostro de George, por lo que los asistentes vieron la expresión de horror en una cara casi infantil, quien instantáneamente perdió la vida.

En busca de justicia

Tuvieron que pasar más de 40 años para que el caso fuera revisado. Fue hasta el 17 de diciembre de 2014 cuando Carmen Tevis Mullen, jueza de Carolina del Sur, decretó que George Stinney Jr. no había tenido un juicio justo, ya que había estado plagado de "violaciones fundamentales y constitucionales a un proceso regular".

Entre las inconsistencias que se encontraron fue: el proceso no duró más de un día; que la policía había dicho que contaba con la confesión escrita del adolescente, pero el documento jamás fue encontrado en los archivos; que el abogado defensor convocó a pocos testigos y no hizo nada por apelar el fallo del jurado, procedimiento legal que habría suspendido la ejecución.

De igual forma, Tevis Mullen señaló que durante el proceso no se analizó algo elemental, como fue el arma homicida, que, de acuerdo con los archivos, fue una pesada viga, la cual habría sido casi imposible de que George, con menos de 60 kg, pudiera levantarla en repetidas ocasiones y asesinar a las niñas. 

Pero lo que resultó más contundente, fue que nunca se tomó en serio la declaración de Amie Ruffner, hermana del sentenciado, quien dijo en reiteradas ocasiones que el 24 de marzo de 1944 estuvo todo el día con George, por lo que era imposible que hubiera asesinado a las niñas.

De acuerdo con estas observaciones de la jueza de Carolina del Sur, George habría sido víctima del racismo de la policía y sirvió como chivo expiatorio.

El caso inspiró a Stephen King

En 1996 el escrito Stephen King publicó la novela "La milla verde" (Green Mile), en la que Paul Edgecomb, un exfuncionario de prisiones encargado del Bloque E de la prisión de Cold Mountain, recuerda sus funciones en este lugar, en el que conoció a John Coffey, un hombre negro que fue sentenciado a la silla eléctrica por la presunta violación y asesinato de las gemelas Cora y Kathe de 12 años.

Pero resulta que Coffey no es una persona común y corriente, ya que a pesar de tener la inocencia de un niño, tiene un don muy especial que termina compartiendo con Edgecomb, así como los otros custodios del Bloque E.

El escritor se habría inspirado en el caso de George Stinney Jr. para escribir el libro "La milla verde" (Green Mile), aunque con su toque especial.

El libro fue todo un éxito, que en 1999 se realizó una película con el mismo título, la cual recibió cuatro nominaciones a los Premios Oscar.

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