La palabra "imposible" no existe en la gran mayoría de las ocasiones y para muestra basta un botón. Es el caso de una chica de Brasil que tenía el sueño de convertirse en modelo a pesar de tener Síndrome de Down. Su nombre es Maria Júlia de Araujo y viene con todo tras romper diversos esquemas en el mundo.
Nacida el 20 de junio de 2002, en Río de Janeiro, es hija de la chef Adriana de Araújo y del analista de sistemas, Orlando Pereira Dias. Su deseo de subirse a una pasarela lo realizó por primera vez a los 16 años de edad tras iniciar su carrera de modelaje. Posteriormente ganó el Concurso Miss Teen Rio de Janeiro.
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¿Cuál es el sueño de Maria Júlia de Araujo?
Como toda una pionera en un mundo, además de la puertorriqueña Sofia Jirau, el verdadero objetivo de Maria Júlia es inspirar e impactar en las personas que tienen sueños, para que los persigan y los alcancen como ella. Asimismo, busca ampliar los estándares de belleza, pues "todos somos hermosos".
"A través del trabajo voluntario podemos conocer de verdad las diferentes realidades y conectarnos con personas que ven el mundo de otra manera", dijo la joven, quien cree que dicha conexión podrá generar empatía y expandir los horizontes de las personas para convertir la vida en algo menos superficial.
Maria Júlia de Araujo se convierte en la imagen de L'Oreal
Y para los que creían que el poder de Maria Júlia se quedó en la pasarela, se equivocaron, pues impactó tanto que se convirtió en la imagen de la empresa L'Oreal, además de aparecer en diversas portadas de revistas de su nación. Por si fuera poco, fue la primera modelo con Síndrome de Down en desfilar en la Brasil Fashion Week; la campaña se llamó: "Inclusión en la moda, inclusión en la ciudadanía".
¿Cómo es Maria Júlia de Araujo?
En sus redes sociales, describen a María Julia como una joven que vive los días como si cada uno fuera a ser el último. Además de disfrutarla, le enseña a todos que alcanzar la felicidad es fácil.
"Vive como si todos los días fuera su cumpleaños. Todos los días salta, canta, baila y celebra la vida. Cada día nos enseña que vivir y ser felices es sencillo, no hay secreto. Cuando quiere bailar, va ahí, entre la multitud, y baila. Cuando quieras abrazar, abraza. Cuando quiere decir cuánto pensaba que una persona era hermosa, dice. Cuando quieras agradecer a Jesús por la vida, gracias, no importa si estás en la fila de un mercado abarrotado o en el asiento del pasajero"
lhp