La nueva producción de Netflix ha captado la atención de millones de personas por su opulenta propuesta de vestuario que moderniza las piezas históricas, la encargada de proyectarlo, Ellen Mirojnick, nos platicó sobre el reto que enfrentó.
¿Cómo era el estilo de periodo de Regencia en el Reino Unido?
La silueta es similar a una silueta griega. Para las mujeres, es una línea imperio muy delgada y se acentúa el escote. Los hombres aparecen dandies, y eso siempre es divertido de hacer, por el color, las combinaciones de tejidos y las texturas muy atrevidas. Son
pícaros y guapos al mismo tiempo.
¿Cuál fue tu punto de partida en el proyecto?
Primero observé pinturas, moda y otras ideas del periodo, en línea y en cualquier otro lugar donde pudiera obtenerlas. También busqué lo que se asemejaba mejor al periodo para darle un sentido moderno. Entonces te haces una imagen en tu cabeza de lo que se siente. Trabajo mucho basada en la intuición y el sentimiento. En el caso de Bridgerton, la serie comienza en 1813. Realmente no mezclamos las últimas décadas del siglo XIX, nos mantenemos por debajo de 1820, y dentro de esa sensación de lo que realmente es la Regencia.
¿Cómo abordas la paleta de colores para cada familia?
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Surgió a través del lookbook inicial, la investigación y lo que nos atrajo. En una de las conversaciones que tuve con la productora Betsy Beers y el creador Chris Van Dusen, pensábamos en los colores como un sorbete y un macarrón francés. Eso en sí mismo son sólo palabras, pero luego, cuando pones imágenes a esos conceptos, es tan estimulante.
Ese tipo de coloración da vida a un espectáculo que es inesperado, e hicimos el salto desde allí. Cuando Chris escribió sobre los Featherington, usó colores ácidos: verde, amarillo, naranja, y eso fue una indicación muy clara de lo que necesitábamos hacer;
luego lo dividimos en formas, lo salvaje y lo dócil. Con los Bridgerton, se trataba de el azul, y encontramos los colores de la porcelana Wedgwood, techos tallados, que parecían pastelería francesa y pasteles de boda, y eso se sentía como el mundo de la aristocracia y de la familia de Bridgerton. Hay mucha contradicción entre estas dos familias, así que vimos cómo podríamos unirlas y cómo separarlas.
La historia cuenta con personajes que asisten a muchas fiestas, ¿Cómo te acercaste a esas escenas?
Fue un gran desafío, pero al mismo tiempo nos ofreció un gran deleite. La talla de la serie, que no puedo enfatizar lo suficiente, fue gigantesca. Para crear vestido, tras vestido, tras vestido, y traje de noche, tras traje de noche, tras traje de noche, lleva horas. Inicialmente se trata de encontrar la tela. ¿Tenemos que diseñar la tela y adornarla? ¿Hacerla? ¿Qué tenemos que hacer para obtener la mayor variedad y la mejor calidad de lo que queremos representar? ¿Cómo queremos retratar a estas jóvenes que salen a la sociedad por primera vez? Todo era un equilibrio, con un trabajo interminable y una empresa enorme.
Es una forma diferente de diseñar, fabricar, cortar, bordar, encontrar sombreros, buscar formas, sugerir diferentes tipos de adornos y decidir qué incluir.
POR BEGOÑA COSÍO
FOTOS: CORTESÍA