“Al final lo que queda es abrazarse, confiar en el otro, amar y dejarse amar en medio de la balacera que es la vida.” Es una de las citas del músico argentino, Fito Páez, que evoca al acto del abrazo como una muestra de esperanza y amor.
Y es que justo el 21 de enero se conmemora el Día Internacional del Abrazo, una fecha adoptada por los estadounidense Kevin Zaborney y Adams Olis en 1986. Zaborney quería invitar a que la gente mostrara su afecto a través de un abrazo, pues se percató de que a las personas no les convence del todo demostrar su amor en público.
Esta efeméride se popularizó en Estados Unidos a partir del Calendario de eventos Chase, publicación local que mostraba todas las festividades de Michigan, y cuyo dueño era el abuelo de una amiga de Kevin Zaborney.
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Abrazos son expresión de confianza
“Echo de menos tus abrazos poliédricos cubriendo los ángulos agudos de mi cuerpo.” Afirma el catalán Carlos Sadness en una de sus melodías, ‘Minuto en la Lluvia’, hacienda alusión a la sensación que genera abrazar a una persona.
Cabe destacar que los abrazos son una poderosa expresión de confianza y afecto, además de que nos proporcionan una serie de sensaciones y placeres a través de la liberación de oxitocina. Por otra parte, el amor y el afecto resultan importantes en todas las culturas del mundo, y el abrazo es la muestra más sincera de cariño y amor.
Si esto no te convence, aquí te dejamos algunos beneficios que los abrazos traen consigo para que este jueves te acerques a esa persona y la rodees con tus brazos poliédricos.
- Los abrazos reducen el miedo a la muerte
En una serie de estudios sobre el miedo y la autoestima, investigadores han demostrado que los abrazos y el contacto físico reducen significativamente el miedo a la muerte.
- Los abrazos mejoran la autoestima
El abrazo aumenta la autoestima, especialmente en los niños. El tacto y el olfato son los dos sentidos más importantes en los bebés, y un bebé reconoce a sus padres por el tacto
- Abrazar relaja
Nos aporta tranquilidad, seguridad y confianza, disminuye el estrés, relaja los músculos y nos hace sentir bien. Todo esto, a su vez, contribuye a reducir el riesgo de padecer demencia.