Los cubre bocas han estado presentes en nuestra vida desde hace siglos, de acuerdo con expertos de la Universidad de Yale, en el siglo XVI ya existía la idea de que una enfermedad pudiera transmitirse de una persona a otra.
En ese tiempo también habían hecho su primera aparición las mascarillas, sin embargo, eran considerados más como amuletos para alejar entes malignos. No fue sino hasta mediados del siglo XIX que comenzaron con la identificación de microbios y teorías sobre transmisión de gérmenes para explicar los mecanismos de infección.
Justo antes de que se propagara la pandemia conocida como “La peste China” en 1910, comenzaron a usarse las mascarillas en los quirófanos, antes conocidos simplemente como salas de operación.
Luego de la muerte de un doctor que había visitado un hospital sin protección, la demanda de mascarillas explotó, sobre pasando diversos obstáculos políticos y de cambios culturales en la sociedad.
Desde entonces la producción de este artículo con fines médicos ha propiciado un impacto ambiental. Ya que un cubre bocas de plástico tarda hasta 400 años en degradarse. Hoy en día miles de opciones de cubre bocas eco friendly, hechos con tela lavable y reusable, que mitigan esa contaminación.
De esta manera, diseñadores mundialmente conocidos, empresas, sastres de barrio y cualquier persona, han hecho sus propios diseños. Diseños que también se han convertido en una forma de expresión y de moda.