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¡Aterradora! Conoce la verdadera LEYENDA del Charro Negro

El Charro Negro provenía de una familia humilde, sus padres lo amaban pero nunca pudieron cumplir los caprichos que quiso

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La historia cuenta el trayecto de un fantasma que alguna vez fue hombre en la tierra, pero que gracias a su interminable ambición le fue puesta una condena para sufrir los peores tormentos del infierno, para hacer el cobrador de quien tiene deudas pendientes con el Diablo.

La leyenda del Charro Negro

La leyenda narra que cuando el Sol comienza a esconderse y los animales se preparan para dormir al igual que los niños, todas las personas apresuran el paso mientras rezan. ¿La razón?, nadie quiere encontrarse al Charro Negro.

Se trata de un entidad maligna que recibe este nombre por su vestimenta oscura. Siempre se aparece enfundado en un elegante traje de charro color negro con detalles finos en oro y plata. Se le puede ver montado sobre su caballo, del mismo color, un animal cuyos ojos parecen bolas de fuego.

Desafortunadamente el Charro Negro solo se aparece a las personas que andan solas, principalmente de noche. La leyenda apunta a que es más fácil atacar a las personas en solitario debido al miedo que sienten, ese que les permite elegir mal.

El Charro Negro en la vida terrenal

El Charro Negro provenía de una familia humilde, sus padres lo amaban, pero nunca pudieron cumplir los caprichos que quiso. A él siempre le gustó ir bien vestido, e incluso, en la adolescencia no comía durante días para ahorrarse algunos centavos y completar para comprarse un buen atuendo.

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Sin embargo, estaba tan cansado de su pobreza que por más que trabajaba el dinero nunca le alcanzaba. Tenía que andar todo el día con las manos llenas de tierra. Tiempo después murieron sus padres. Al quedar solo en la miseria, la situación del Charro Negro aumentó considerablemente, por lo que tomó la decisión equivocada: pedirle ayuda al Diablo para hacerse rico.

No se sabe cómo lo consiguió, pero finalmente Lucifer se apareció frente a él. Aquella entidad supo leer los ojos y el espíritu de un hombre que lo había llamado, así que de inmediato le ofreció cantidades de dinero que ni en dos vidas le alcanzaría para gastar. ¿El pago?, su alma a cambio.

Como el Charro Negro que era altivo orgulloso y valiente, aceptó gustoso.

Cuándo se dio cuenta de que estaba cansado de gastar sus riquezas en mujeres, apuestas y alcohol, la sensación de soledad lo invadió. Apenas si podía respirar, nadie lo quería por lo que era sino por las riquezas que poseía.

Foto: Especial

El cobro de la deuda

El Charro se había olvidado de aquel trato maldito. El Diablo se le apareció para recordarle que la hora estaba cerca. El susto lo invadió hasta el último rincón de sus entrañas al recordar que su alma tendría que irse al infierno, comenzó a ocultarse. Mandó al personal de su hacienda a poner cruces por toda la propiedad y construir una pequeña capilla.

No obstante, el recuerdo de la deuda no lo dejaba dormir ni disfrutar de los pocos meses que le quedaban de vida, así que en un arranque de miedo tomó a su mejor caballo, junto con una bolsa que contenía unas cuantas monedas de oro y emprendió el viaje durante la noche para que nadie lo viera huir.

No contó con que el Diablo se dio cuenta de que el Charro Negro estaba faltando a su palabra, así que se le apareció de frente con el fin de llevárselo. Le dijo:

Foto: Especial

Me iba a esperar a que murieras para cobrarte la deuda, pero cómo te ocultas cobardemente de mí, te llevaré ahora mismo”.

Sin darle tiempo de responder, el Charro Negro ya no tuvo hacia dónde huir. Sus brazos habían comenzado a secarse y la carne a desaparecer. sólo quedó su ajuar encima de los huesos blanquecinos.

El diablo le volvió a decir:

Veo que tu bestia te es fiel, por eso ha de ser maldita igual que tú y condenada acompañarte en tu viaje hacia el infierno. Aunque de vez en cuando quiero que hagas algo por mí. Vas a cobrarle a mis deudores, si haces bien tu trabajo dejaré que el hombre que acepte esa bolsa con monedas de oro que traes tome tu lugar."

Desde entonces aquel hombre fue condenado a sufrir incontables tormentos en el infierno y a salir de ahí solo para cobrarle a quienes tienen deudas pendientes con Lucifer. Esto solo con la esperanza de que alguna noche, algún ambicioso como lo fue él, traicionado por la avaricia tome su lugar y así el Charro Negro y su caballo puedan descansar en paz.

Foto: Especial
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Por Redacción Digital El Heraldo de México

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