El humo del tabaco afecta tanto a la personas que fuman como a las personas y animales que no lo hacen, considerándose así pues a estos como fumadores pasivos.
Si fumamos o entramos en lugares con humo, nuestro perro se convertirá en un fumador pasivo, volviéndose perjudicial para tu mascota.
[nota_relacionada id=1173605]El increíble sentido del olfato de los perros hace que su percepción del humo sea hasta cien veces superior a la nuestra. El humo del tabaco contiene altas dosis de monóxido de carbono entre mucha cantidad de toxinas cancerígenas cómo el naftaleno, benceno o tolueno.
Así que si nuestro perro entra y respira el mismo aire de una habitación donde se está fumando o fumaron, estará respirando toda esta cantidad de sustancias nocivas para su salud.
[nota_relacionada id=1160676]Las enfermedades producidas por el humo del tabaco son:
- Conjuntivitis producida por el contacto del humo en los ojos, que le provoca irritación constante que puede derivar en infección ocular
- Irritación del sistema respiratorio causando enfermedades derivadas tales como bronquitis, faringitis o algunos tipos de cáncer que se dan sólo en perros.
- Problemas de corazón, tales cómo arritmias o insuficiencias cardíacas. Siempre asociadas al humo del tabaco.
- Para proteger a tu perro de los peligros del humo del tabaco, debemos evitar que se convierta en un fumador pasivo.
Sigue estas recomendaciones para que tu mascota no se enferme por ser fumador pasivo:
- No dejes a tu perro en una habitación donde entén fumando. Evita siempre que respire humo de tabaco.
- No fumes en el coche si tu perro te acompaña, aunque abras las ventanillas, el humo siempre está en el aire y se impregna en el interior.
- Si tu eres el fumador, adquiere una buena costumbre y fuma siempre fuera de la casa. No dejes que el humo del tabaco invada tu hogar.
Y por último nunca dejes que alguien que está fumando le eche el humo a tu perro. ¡Protégelo!
[nota_relacionada id=1148929]Por Redacción Digital El Heraldo de México
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