Una reciente investigación publicada el pasado 17 de marzo en la revista Nature Medicine ha demostrado que la pandemia de Covid-19 que en estos momentos mantiene en vilo al mundo tiene un origen natural y no uno surgido de un laboratorio.
De acuerdo con el investigador Kristian Andersen, cuyo trabajo y el de sus compañeros ha sido publicado, la composición genética del virus revela que el Covid-19 no es una mezcla de virus conocidos, lo que revelaría su origen humano.
El virus tiene características inusuales que se han identificado recientemente en osos hormigueros escamosos, mejor conocidos como pangolines, explicaron. Esta es una clara evidencia de que el virus proviene de la naturaleza, dio a conocer el equipo de científicos.
Los investigadores, incluido Andersen, inicialmente pensaron que el virus se propagaba debido a infecciones repetidas que brincaban de animales a humanos y posteriormente se transmitían de persona a persona, luego de los primeros contagios reportados en el mercado de mariscos de la ciudad china de Wuhan.
Al poco tiempo se comenzó a especular sobre la posibilidad de que el virus habría sido creado en un laboratorio y enseguida liberado accidentalmente o intencionalmemnte.
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La teoría del origen humano del virus
De acuerdo con Robert Garry, virólogo de la Universidad de Tulane en Nueva Orleans, existió una desafortunada coincidencia que alimentó la teoría de aquellos que creían en esta idea del origen del virus, ya que el Instituto de Virología de Wuhan se localiza "muy cerca" del mercado de mariscos de la ciudad.

Ya existen antecedentes en el pasado en el cual se han producido liberaciones accidentales de virus, incluido el virus del SARS, desde otros laboratorios, por lo que la teoría tomó fuerza.
Fue entonces cuando Kristian Andersen congregó a un equipo de biólogos y virólogos evolutivos de varios países, incluido Robert Garry, para analizar el virus en busca de pistas sobre su origen.
Fue en una reunión a través de Slack y otros portales virtuales, en donde los investigadores analizaron la composición genética del virus, o secuencia de ARN; estaba claro "casi de la noche a la mañana" que el virus no era de origen humano, afirmó Andersen.
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Cualquiera que desee crear un virus necesitaría trabajar con virus ya conocidos y diseñarlos para que tengan las propiedades deseadas, declaró el científico a la revista Science News.
"Los datos genéticos muestran irrefutablemente que el Covid-19 no se deriva de ningún esqueleto de virus utilizado anteriormente", escribieron Andersen y el equipo de científicos en el estudio.
Pero el virus Covid-19 tiene componentes que difieren de los virus previamente conocidos, por lo que tuvo que provenir de un virus o varios virus desconocidos en la naturaleza, citan en el artículo.
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Por Redacción Digital El Heraldo de México
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