AUTOMOVILISTAS

Más de 900 automovilistas pagan la cuenta del auto de atrás en heladería

Aun en el anonimato, mas de 900 automovilistas participaron por tres días en incitar la cuenta del auto detrás, en una heladería estadounidense

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Por la tarde-noche del 5 de diciembre, un cliente en automóvil no contaba con el dinero suficiente para completar lo ordenado. Foto: EspecialCréditos: Foto: Especial

Entre las dificultades que la humanidad ha enfrentado a causa de la pandemia del coronavirus, las personas han aprendido a valorar los actos sencillos pero afectuosos y en medio de esta contingencia se ha desencadenado un cariño desinteresado entre personas que quizás nunca se conocerán. 

La buena voluntad de una sola persona tuvo un ‘efecto dominó’ que se replico en cientos de personas.

En una heladería de Minnesota, Estados Unidos con servicio para ordenar desde el automóvil, se dio una iniciativa que duró tres días consecutivos.

Todo comenzó cuando un gentil caballero de la tercera edad dijo a la cajera Darla Anderson. “También quisiera pagar la cuenta del auto que va detrás de mi. Lo que sea que hayan pedido, va por mi cuenta”, dijo el hombre y, bajo el precepto de que “el cliente siempre tiene la razón”, hicieron caso a su petición. Lo que pareció un gesto amoroso, pero aislado de un buen hombre se convirtió en un ‘rally’ de invitar al auto detrás que duró por tres días e involucró a más de 900 cuentas.

“En alguna ocasión tuvimos un “pago lo del auto de atrás” que duró más o menos 20 autos consecutivos, pero nunca había visto algo así”, agregó la gerente del lugar, Tina Jensen, quien en el primer día de ver a los clientes pagar por la cuenta del de atrás publicó en la pagina de Facebook del negocio que ya llevaban 48 autos consecutivos y esperaba que las invitaciones siguieran en incremento.

La buena voluntad de una sola persona tuvo un ‘efecto dominó’ que se replico en cientos de personas. Foto: Especial

Así, llegaron más y más automovilistas, entre ellos Heidi Bruse, quien pidió tres postres, que pagó el auto de adelante y después ella invitó la orden de los que viajaban en el coche detrás de ella. “La situación mundial en la que estamos viviendo no es precisamente amable. Hay mucho enojo, ansiedad, egoísmo o frustración avanzando desde el confinamiento y por pequeño que esto parezca, nos puede cambiar el ánimo”, expresó la cliente.

Ninguno en la fila quería sentirse responsable de romper la iniciativa, incluso, en la noche de la primera jornada, hubo un cliente que donó 80 dólares para arrancar el siguiente día con la cadena de regalos aún activa. “Hubo algunos casos que quizás solo pidieron un conito de helado y el auto detrás de ellos había pedido comidas completas para cinco personas; aunque no podían pagar toda la cuenta, ponían una parte, ponían lo que estaba a su alcance; también hubo casos en los que muchos clientes nos dijeron que conserváramos el cambio y con esos excedentes completábamos las cuentas que quedaban pendientes”, agregó Jenssen, quien disfrutó la inercia de esta iniciativa, pero sabía que un día llegaría a su fin.

Ninguno en la fila quería sentirse responsable de romper la iniciativa. Foto: Especial

Por la tarde-noche del 5 de diciembre, un cliente en automóvil no contaba con el dinero suficiente para completar lo ordenado por el auto detrás suyo y ya no restaban recursos donados por los demás y aunque hasta allí llegó la buena voluntad replicada del primer cliente, fue más de lo que se haya visto en cualquier negocio similar en todo el mundo.

Por Katya López