El doctor Frank Plummer, experto que es reconocido mundialmente por combatir el SIDA, logró algo que no han podido los doce pasos de AA gracias a una colega: combatir con su alcoholismo.
El director del Laboratorio Nacional de Microbiología de Canadá se sometió a un procedimiento clínico con el que presume haber obtenido resultados en el control de su propia adicción a las bebidas embriagantes.
[nota_relacionada id=759396]Tras conseguir un transplante de hígado, al cual fue acreedor debido a un padecimiento hepática al que relaciona con su forma de ingerir alcohol, no cesaron los encuentros del doctor con la botella.
El trasplante fue un éxito y me mantuvo con vida para trabajar en varias publicaciones y continuar con mi investigación del VIH. Pero, pronto volví al whisky para llenar un vacío en mí”.
Frank Plummer.
Fue entonces que decidió dejar esta práctica, para lo cual entró a distintos tratamientos que no lograron nada en él.

Probé todo tipo de terapias… programas de rehabilitación residencial, grupos de apoyo, asesoramiento personal sobre adicciones, medicamentos. Me ayudaron por un tiempo pero siempre volvía a recaer en mi antiguo consumo de whisky".
Frank Plummer.
El médico estaba desaprovechando la segunda oportunidad que le dio la vida, debido a que sus hábitos comenzaron a afectar al órgano que había recibido, así que decidió tomar medidas drásticas.
[nota_relacionada id=781073]Una colega suya conocía un tratamiento desarrollado por los doctores Nir LIpsman y Peter Giacobbe, el cual es un modelo teórico para acabar con los deseos de beber. Pese a que no se había probado este método con humanos, Plummer decidió convertirse en un conejillo de indias.
Este tratamiento, creado en el Sunnybrook Health Science Center de Toronto, consiste en implantar electrodos en el cerebro y unirlos a un dispositivo similar a un marcapasos, para estimular algunas áreas neuronales relacionadas con la secreción de dopamina (sustancia natural ligada al placer). [nota_relacionada id=793052]
En 2018, el doctor fue operado y a poco más de un año de su operación, el médico no ha eliminado el consumo del alcohol en su vida, pero ha logrado reducirlo considerablemente.
Ha pasado un año desde entonces y siento que la neurocirugía fue un éxito. Antes de la cirugía, estaba esperando morir. Ahora, planeo vivir para terminar mi libro".Frank Plummer.
De acuerdo con el experto, ya no siente desesperación por embriagarse. Este método no puede considerarse efectivo al hacer falta de más casos atendidos.
Por: Redacción Digital El Heraldo de México
GDM