Alrededor de los 5 años la mayoría de los niños empiezan a mudar los llamados dientes de leche, los cuales dejan paso a los permanentes. Los menores pasan de tener 20 dientes de leche a 32 permanentes, lo cuales sin más resistentes ya que tienen raíces más grandes y una capa de esmalte más gruesa.
Ante este cambio, muchos padres deciden guardar los dientes como recuerdo de la primera infancia, sin embargo, desconocen que conservar los dientes de leche de sus pequeños podría beneficiarlos en el futuro, pues estos tienen células madre.
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¿Qué son las células madre?
Las células madre son aquellas que generan todas las demás células que tienen una función especializada en el cuerpo. Estas tienen la posibilidad de autorrenovarse además de que bajo las condiciones adecuadas podrían formar células hijas.
Se ha demostrado que ninguna otra célula del cuerpo, como las sanguíneas, cerebrales, del músculo cardíaco u óseas tienen la capacidad natural de generar otros tipos de célula.

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Para esto sirven las células madres
Un estudio del Centro Nacional para la Información en Biotecnología (NCBI, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, reveló que las piezas dentales de leche contienen células madre que, por no estar tan expuestas a daños medioambientales, pueden ser de gran ayuda para regenerar otras partes dañadas del cuerpo.
De acuerdo a la investigación la pulpa dental de estos órganos anatómicos pueden regenerar piel, tejidos como el cardíaco y hepático, así como huesos y articulaciones.
También hay células madre conservadas en el cordón umbilical de un recién nacido que "conforman tejidos que ayudan a cualquier terapia regenerativa contra enfermedades como la diabetes, el cáncer o un infarto de miocardio", indica el estudio.
Igualmente pueden servir en el tratamiento de algunas enfermedades como diabetes, Alzhéimer, esclerosis múltiple, artritis; entre otras.
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Por: Redacción Digital Heraldo de México
MFA