En México se generan más de 42 millones de toneladas de basura al año, lo que equivale a 175 veces el volumen de la pirámide del Sol de Teotihuacán. Y una sola persona genera cerca de un kilo de desechos por día, según datos del informe de “Residuos sólidos urbanos” de la Semarnat.
Ante la generación excesiva de basura, la contaminación y los efectos del cambio climático, surgen nuevas alternativas de vida que buscan generar consciencia y reducir la huella ecológica que el ser humano deja en el planeta.
Tal es el caso del estilo de vida Zero Waste, que significa cero desperdicios, y consiste en disminuir la cantidad de basura que genera una persona hasta llegar a cero desperdicios.
Zero Waste, estilo de vida iniciado por Bea Johnson, tiene como base cinco principios básicos para lograr generar cero residuos:
Instagram: Bea Johnson[/caption]
Joselyn Amaya, una blogger que lleva siendo Zero Waste desde hace más de dos años, comenta que es muy difícil llegar a cero residuos pues todas las personas generan basura.
“Cero no es cero, es casi imposible generar cero residuos. Yo siempre me enfoco en dar ese mensaje: no podemos ser perfectos y tampoco se trata de sufrir este estilo de vida, sino que realmente, dentro de nuestras posibilidades, poder hacer el menor impacto al planeta”.
La joven mexicana, quien comparte las alternativas de la vida Zero Waste a través de sus redes sociales, cuenta que cuando decidió iniciar con estos hábitos se propuso ir al supermercado con otra mentalidad, con la pregunta “¿cómo puedo comprar sin hacer basura?
A partir de ese momento, Joselyn fue adoptando nuevos hábitos que le permitieron reducir su generación de basura y vivir de forma más sustentable con el medio ambiente.
¿Cómo ha cambiado tu vida desde que comenzaste a ser Zero Waste?
“Soy más consciente de lo que realmente necesito en mi vida y de lo que no. Me ha hecho una persona mucho más saludable porque al evitar comprar cosas empacadas, dejé de consumir alimentos procesados, fue un cambio a una dieta más sana sin que fuera la intención”.
“Unos de los primeros cambios que noté muy rápido fue ver que mis uñas estaban más fuertes, mi piel se veía mejor y fue una consecuencia de una acción por el medio ambiente pero al final terminó beneficiándome a mí…. muchos beneficios que no esperaba, han llegado gracias a este estilo de vida”.
- Rechazar todo lo que no necesitas, como popotes, botellas de agua, bolsas de plástico, folletos y todos los productos que en poco tiempo terminarán en la basura.
- Reducir tu consumo y evitar lo más posible todo aquello utilizas pero que genera desperdicios y buscar una alternativa que no produzca basura.
- Reutilizar todo el material al que se le puede dar una segunda vida, como botellas de vidrio, bolsas, ropa, tela, envases, y más.
- Reciclar consiste en someter materiales usados a un proceso de transformación para que estos puedan ser utilizados nuevamente, como el plástico, papel, vidrio, etcétera.
- Reincorporar los residuos orgánicos a la tierra. Este proceso se realiza por medio de una composta que transformará estos desperdicios en abono para las plantas.

Joselyn Amaya le recomienda a todas aquellas personas que buscan reducir su huella ecológica en el planeta, empezar rechazando los plásticos de un solo uso a los que se enfrentan a diario, como el PET, las bolsas, los popotes, platos, vasos y cubiertos. Sugiere analizar qué residuos se generan día a día y buscar una alternativa más ecológica y duradera para ellos. Así mismo, recomienda cambiar la forma en la que se realizan las compras. Joselyn “sin desperdicios”, nombre con el que se hace llamar en sus redes sociales, comparte que este tipo de alternativas son necesarias para generar un impacto positivo en el planeta y concientizar sobre los hábitos de consumo de la población. “Por las condiciones ambientales en las que vivimos, no podemos esperar a que el gobierno haga algo, o a que el otro haga algo. No sirve de nada echarle la culpa a los demás, eso no va a generar ningún cambio. Lo que tenemos que hacer es que cada uno de nosotros hagamos pequeños cambios y eso, además de que se contagia entre las personas, mueve a los demás, al gobierno y a las empresas”.
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