*Estudiantes de la Universidad Iberoamericana
La academia como semillero del actuar social
Por Eliseo Lucero y Roberto Contreras Arquitectura
Alumnos de 9° semestre
Es muy importante el papel que juegan las instituciones educativas al hacer a sus estudiantes partícipes de iniciativas que dan solución a problemas sociales que enfrenta el país, haciéndolos reflexionar sobre el contexto socioambiental para que se involucren y sean capaces de generar soluciones desde su profesión.
Esto enriquece la vida académica y a futuro la profesional, ya que brinda al alumnado la posibilidad de adentrarse en el mundo real, fuera del aula, creando conciencia sobre la situación de su entorno y brindando la posibilidad de generar nuevos conocimientos, así como de aplicar y reafirmar los previamente adquiridos, mediante la construcción de proyectos de los propios alumnos y con ayuda de comunidades beneficiadas.
Dentro de la arquitectura, profesión dedicada a dar solución a una de las actividades primigenias del hombre, como es el habitar, el actuar social se ve reflejado en la creación de espacios que tienden a mejorar la vida de la población.
Con sucesos como el sismo del 19-S o fuertes huracanes que se presentan cotidianamente, las escuelas de arquitectura se han ido convirtiendo en piezas clave para que sus alumnos participen en brigadas para la detección de daños, diseño y construcción de arquitectura emergente e, incluso, desarrollen proyectos de reconstrucción no solo de casas y otras tipologías arquitectónicas, sino también de planes urbanos para el resurgimiento de comunidades completas. Esperemos que esto sea solo el inicio y cada vez sea mayor el compromiso para que las instituciones académicas sean motores de cambio.
La nueva mentalidad del cuidado ambiental
Elisa Lanz, alumna de Diseño Interactivo, 10mo. semestre
Enfrentamos una crisis ambiental sin precedentes. Años y años de destrucción y descuido nos colocan frente a un panorama incierto. Somos responsables de la sexta extinción masiva de nuestro planeta, una isla de basura de casi el tamaño de México flota a la deriva en el Océano Pacífico, la temperatura del globo terráqueo ha aumentado 1.4°F grados desde 1880... Las señales son innumerables; nuestro impacto como especie es tal que hemos inaugurado una nueva era geolo?gica: el antropoceno.
El daño que causamos a la Tierra es devastador. Alguna vez llegue a vernos como una especie parásito que destruía todo a su paso. Por fortuna nos estamos reconectando, vamos despertando. Cada vez crece más la consciencia colectiva en cuanto a lo ambiental y más y más personas reconocen que sus acciones tienen efectos directos en el medio ambiente y están dispuestos a generar un cambio.
El papel de las nuevas generaciones es y continuará siendo fundamental porque, por ley de vida, somos los que seguiremos aquí por más tiempo. Vemos la urgencia de actuar para resolver esto. Y lo estamos haciendo.
En la Ibero, en el Programa de Medio Ambiente y en camBIO Ibero, asociación estudiantil medioambiental, gestionamos proyectos que buscan sustentabilizar el campus y difundir la ideología del cuidado de la Tierra, pues creemos que la universidad es, de alguna forma, reflejo de la sociedad y puede proyectar el cambio a través de sus egresados y formando a las nuevas generaciones.
Cuidemos con entendimiento, compasión y amor. Un cambio de mentalidad es posible. Y ya está pasando.
Vivir con miedo... a los políticos
José Pablo Rodríguez Mata, alumno de la licenciatura en comunicación
El elemento que siempre me acompaña es el miedo. En el país cada día, hora, minuto y segundo agregamos algo más a que temerle. Temo a las calles, carreteras, criminales, secuestros, a la alerta sísmica, a las próximas generaciones, a las anteriores, al desempleo, a la corrupción, a la impunidad; pero más impactante, le tengo miedo a los políticos.
¿A qué se debe esto? ¿Por qué tenerle miedo a las personas que nos representan en los gobiernos? En el actual sexenio hemos vivido escándalos infinitos de nuestro Presidente, gobernadores, diputados. En el pasado este tipo problemas no eran tantos… o no eran tan ridículos.
Ahí está el caso del exgobernador de Veracruz, Javier Duarte, que en su mandato tuvimos asesinatos a periodistas, empresas fantasmas, lavado de dinero y hasta el acto que le daría miedo a Lex Luthor si existiera: quimioterapias falsas a niños enfermos de cáncer. ¿Cómo es posible que eso esté pasando en nuestro país?
Otros ejemplos: la “Casa Blanca” del presidente y la casa vacacional del entonces Secretario de Hacienda y ahora Secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray; el plagio de la tesis para conseguir el grado universitario de, otra vez, el presidente; ocho gobernadores detenidos y dos prófugos; la Estafa Maestra; el socavón en Cuernavaca, los desaparecidos en Ayotzinapa...
No hay forma de escapar, debemos ser cautelosos. El sexenio está a punto de terminar y muchos aun no deciden por quién votar. Esto puede ser porque sólo se escuchan descalificaciones de los candidatos: uno dice que el otro es ladrón, el de al lado lo acusa de que es un tirano y el tercero afirma que si el puntero gana vamos a estar como en Venezuela. De esta forma, sigo viviendo con miedo. Miedo ante el panorama de vivir amenazado los próximos seis años y no poder hacer nada.