La Feria de Lille, el mercadillo más grande de Europa, reabre tras atentados

  LILLE, Francia.- Anulado en 2016 tras una serie de atentados yihadistas en Francia, la Braderie de Lille, el mercadillo más grande de Europa, reabrió este fin de semana bajo altas medidas de seguridad en el norte del país. El tradicional panorama de visitantes deambulando entre los abigarrados puestos, devorando mejillones y patatas fritas y familias vendiendo trastos hasta la noche, tendrá que adaptarse este año a un formato más reducido de esta feria, impuesto por las medidas de seguridad. La alcaldesa de Lille, en el norte de Francia, Martine Aubry (socialista), lo reconoció: "No buscamos batir récords". Los 2.5 millones de visitantes de la edición de 2015 no se alcanzarán este año, algo que, no obstante, tampoco se desea. [caption id="attachment_93016" align="aligncenter" width="1024"] FOTO: AFP[/caption] Pues los organizadores destacan el beneficio que representa, paradójicamente, la necesidad de reducir un 10 por ciento el perímetro de la feria por razones de seguridad. Con esto se recupera, según ellos, el verdadero "espíritu" del mercadillo, que se estaba perdiendo en los últimos años. La prohibición de los vendedores ambulantes y la creación de un área para que los niños vendan el domingo devuelve a la cita una escala humana. Con todo, la palabra clave es la seguridad. Más de tres mil funcionarios fueron movilizados para la vigilancia de estaciones de metro y de tren, hasta Bruselas, de carreteras y vías fluviales; y en los controles y los registros aleatorios en torno al perímetro cerrado de la feria. [caption id="attachment_93020" align="aligncenter" width="1024"] FOTO: AFP[/caption] Más del 50 por ciento más que los desplegados en la edición de 2015 (dos mil), un esfuerzo "considerable", según el gobernador del departamento del Norte, Michel Lalande. Se identificaron dos principales riesgos: el de un atentado con automóvil -como en Niza y Barcelona- y el del peligro que suponen los movimientos de multitudes a causa de una falsa alerta. Para prevenir el primero, la ciudad invirtió 150 mil euros en un millar de bloques de hormigón de 500 kilos, que se pensaba repartir en diferentes puntos de acceso al perímetro. Para el segundo, se desplegaron 630 policías municipales y el gobernador prohibió el uso y la venta de petardos. Para Didier Perroudon, director de Seguridad del departamento del Norte, el objetivo era "garantizar la seguridad sin asfixiar la fiesta". Sin embargo, el llamado a la vigilancia de la alcaldesa muestra la tensión que envuelve a esta edición de la feria. "Se debe ir tranquilo" pero también "que todo el mundo mire a su alrededor y llame al número verde especialmente previsto si ve algo sospechoso". POR AFP