#MiraQuienHabla con Brenda Jaet
¿Cómo encausaste tu vida para dedicarte al estilismo?
Ser estilista es mi vocación, aunque en Cuba iba a estudiar para ser electricista. Siempre quise todo lo que tenía que ver con el estilismo. Me inspiraba en los videoclips que podíamos ver, porque a Cuba no llegaba eso, estábamos en los 80. Madonna era mi musa.
Después entré en la escuela de estilistas de Rosa María Soriano, quien me enseñó todo lo que sé de base. Me fui a Italia a estudiar. Después trabajé en el hotel Habana Libre, en donde peinaba a cualquier celebridad, élite o cuerpo diplomático que fuera a Cuba. Hicimos un evento Cuba-México en donde conocí a un empresario mexicano que me invitó a trabajar.
¿Por qué decidiste venir a México?
Porque en Cuba estaba estancado. Tenía oportunidad de irme a Italia, España o México, pero el que más me llamó la atención fue este último. México es mi país por adopción; la cultura, los sabores y los olores me atraparon, y a los siete años me hice mexicano. El país me dio muchas cosas que Cuba no me pudo ofrecer y por eso trato de poner su nombre en alto.
No te gusta alardear de las personalidades a las que atiendes, pero, ¿podrías
platicarnos de esto?
Hice mi primera portada de Vogue con Montserrat Oliver. He atendido frecuentemente a Anahí, Maite Perroni, Ximena Navarrete, Fey, Yuri, y tengo otras que son del mundo privado y político que no puedo mencionar.
¿Cómo somos las clientas mexicanas?
La influencia mas grande en México viene de Europa, a pesar de tener a Estados Unidos al lado. Lo que más trabajo les cuesta a las mexicanas es atreverse a cambiar, es una cuestión de idiosincrasia.
¿Qué es lo que más ha cambiado en la industria del cabello?
Antes se copiaban las tendencias. Ahora, estilistas como yo luchamos por crear las propias, fusionarlas y crear estilismos específicos para cada clienta, looks de autor.
¿Cuál es la base del éxito de tu negocio?
Actitud y aptitud. Ética profesional; yo no robo talentos a nadie. Formo a mis trabajadores, los capacito, los enseño y les pago. Mi socio Totti, Mario Luis Rodríguez, es parte importante del éxito, es excelente cortador, cubano también, somos como familia. Para mí lo más importante es dar un corte versátil que mi clienta pueda arreglarse fácilmente y se vea espectacular. Algo acorde a su estilo de vida.