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Alonso de Garay, el arquitecto al que no le gustan las modas

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El único límite de Alonso de Garay es su imaginación. A sus 38 años de edad, ha levantado desde complejos habitacionales de interés social de 9m2, los restaurantes de Enrique Olvera, Atla y Cosme, en Nueva York hasta el nuevo y esperado estadio de los Diablos Rojos, todos detalladamente diseñados para ser lo que tienen que ser, estructuras sin pretensiones, funcionales, sobrias y sensatas. Su historia en la arquitectura se remonta a cuando era niño y alzaba la mirada. Así descubrió los edificios más bonitos de la ciudad en la década de los 80s: “Desde pequeño me gustó dibujar. Me llamaban mucho la atención los edificios altos que, en los 80s, eran la Torre de Pemex, la Torre de Mexicana, el WTC y la Torre Latinoamericana. Siempre pedía a mis papás que me llevaran a conocerlas. Me la pasaba jugando a construirlas con cubos de madera”. Sin embargo, al paso de los años Alonso asumió que, por venir de una familia de de financieros, tendría que seguir el mismo camino. Así lo hizo pero por un corto periodo: “Empecé la carrera de finanzas en el ITAM y al año salí corriendo. Sí me gustaba pero no era mi pasión. Tomé la decisión de decirle a mi papá que me dejara hacer un semestre de arquitectura en la Anáhuac, quitarme el gusanito y después regresar. Así lo hice y jamás regresé al ITAM. Fue la mejor decisión. Desde el primer semestre destacó: “La verdad es que siempre quedaba entre los mejores de la clase, mis proyectos siempre ganaban y eso me emocionaba. Me hizo darme cuenta de lo que era capaz de hacer”. EL CAMINO EMPRENDEDOR Alonso nunca ha sido empleado, más bien se ha buscado sus propias oportunidades: “Desde que salí de la universidad decidí autoemplearme. Me alié con un tío que tenía un terreno en la colonia Irrigación. Él puso el espacio y yo el proyecto arquitectónico. Con él construí mi primer edificio y se vendió de volada”. El éxito de De Garay radica en que fue pionero en entrar a las colonias de la Ciudad de México en donde el diseño era muy poco valorado o en las que nunca había existido: “La gente buscaba lo más barato y útil, entonces cuando nosotros llegamos con un poquito más de diseño fue el hit. El diseño era nuestro valor agregado. Después de la Irrigación nos movimos a la Zona Rosa, luego a la Condesa, Roma, Escandón y San Miguel Chapultepec. INSPIRACIÓN Hay arquitectos que han sabido usar recursos muy simples para lograr cosas muy grandes como Tadao And? y Shigeru Ban y eso es precisamente lo que motiva a Alonso de Garay: “Yo creo que lo primordial no es cómo hacer las cosas más caras y complejas sino cómo hacerlas más creativas y funcionales.” Por otro lado, el arte ha sido un factor influyente en su andar por la arquitectura, pero tiene claro que la estética debe ser el resultado de un proceso de diseño: “Somos los responsables de la estética urbana, sin embargo, no hay que olvidar que para que una construcción sea un éxito hay que lograr que no sobre nada, que sea sobria y funcional. De lo contrario estás construyendo una escultura”. QUÉ ESTÁ POR VENIR Últimamente, al arquitecto originario de la Ciudad de México, ha sentido un especial interés en los proyectos de alto impacto social: “Estoy muy interesado en diseñar estructuras que dejen una huella positiva en la comunidad. Estamos haciendo escuelas, complejos de Infonavit”. “Por otro lado me gustaría arreglar algunas zonas arqueológicas. Quiero involucrarme cada vez más en proyectos que tengan que ver con la cultura y la educación”. CÓMO LE GUSTARÍA SER RECORDADO “Más que ser recordado me gustaría que mis proyectos trasciendan, que pasen los años y se vuelvan parte del imaginario, que sean referencia”. SU OBRA -BeatBox -Estadio de los Diablos -Atla -Cosme EL PROYECTO MÁS COMPLICADO Complejo de Infonavit de 9 m2 QUÉ LE FALTA DISEÑAR Hoteles ARQUITECTOS FAVORITOS Peter Zumthor Tadao And? Shigeru Ban Norman Foster Por Miriam Lira miriam.lira@heraldodemexico.com.mx