CryoSat-2 es el satélite de la Agencia Espacial Europea para el estudio de la nieve y el hielo, que fue puesto en órbita el 08 de abril de 2010 desde el cosmódromo de Baikonour. Aunque originalmente fue diseñado para desempeñar una misión de tres años y medio, ha superando con creces su vida útil nominal.
Durante estos diez años, el satélite ha alcanzado una disponibilidad operativa cercana al 99% y ha entregado casi 350 terabytes de datos, el equivalente a una estantería de 1.400 km de largo.
En este tiempo, CryoSat-2 ha proporcionado una gran cantidad de información sobre la variación del espesor de la capa de hielo en la Tierra y ha demostrado ser una valiosa fuente de datos para la oceanografía, la hidrología y la geodesia. También ha realizado importantes aportaciones a nuestro conocimiento de la criosfera y de sus efectos en el clima de la Tierra.
Un ejemplo de los datos proporcionados por CryoSat es que la pérdida de hielo de la Antártida ha incrementado el nivel del mar en 7,6 mm desde 1992 en todo el mundo, y de esta cifra, dos quintas partes (3,00 mm) corresponden a los últimos cinco años.
La Antártida almacena suficiente agua helada para elevar mundialmente el nivel del mar en 58 metros. Conocer cuánto hielo está perdiendo es clave para entender, tanto hoy como en el futuro, el impacto que tiene la fusión de las masas de hielo en el cambio climático mundial. Groenlandia ha perdido 266.000 millones de toneladas de hielo en 16 años.

Otro ejemplo de las ventajas de las mediciones que realiza CryoSat son los servicios operacionales que analizan el hielo, el viento y las olas del mar, la batimetría y el control de icebergs para aplicaciones marítimas.
[nota_relacionada id=957529]El satélite CryoSat-2 de la ESA ha sido la primera misión de altimetría específicamente diseñada para medir con precisión el grosor del hielo marino y los márgenes del manto de hielo terrestre, gracias a su radar de doble antena SIRAL que escanea la superficie con gran exactitud ofreciendo una información muy precisa de la profundidad de forma, similar a cómo nuestros ojos permiten una visión tridimensional

Con este sistema se ha podido alcanzar una precisión media de uno a tres centímetros. Además de recopilar datos sobre estructuras de hielo no homogéneas con paredes muy escarpadas en los mares polares, los glaciares o las capas de hielo.
Por Redacción Digital El Heraldo de México – MHL