Rock&Ruedas el suceso de la juventud de los 70

Hasta septiembre de 1971, Avándaro era desco nocido. Hoy es una ese 11 y 12 de - V herida en la piel del tiempo, del ser joven en la década de los 70 en México. Para los que asistimos al festival Rock y Ruedas nada fue igual después de ese día”, reflexiona Luis de Llano, el principal organizador del encuentro musical que reunió a 250 mil personas (cifra estimada por los organizadores). A 47 años de realizarse el encuentro musical, considerado como un suceso único, ya que eran los 70, los jóvenes buscaban alzar la voz, estaban muy recientes los hechos de represión contra los estudiantes de 68, lo cual lo convirtió en un fenómeno. Luis de Llano era productor de un programa llamado La Onda de Woodstock, conducido por Jacobo Zabludovsky, meses antes de realizar el festival, fue contactado por Eduardo López Negrete y Justino Compeán, quienes eran los creadores de un evento de carreras de autos que se realizaba en Avándaro, ellos querían darle una atmósfera musical, ahí fue cuando se gestó la idea. La convocatoria se hizo por radio, un póster diseñado por el publicista Joe Vera, que anunciaba una carrera de coches con presentaciones de Los Dug Dug's, Tequila, Tinta Blanca, Los Yaki y Three Souls in My Mind, entre otros, los boletos costaron 25 pesos. Después de varias negociaciones la carrera de autos se canceló, pero los organizadores continuaron con el evento musical el cual incluía 12 de las máximas bandas del rock nacional, y estaba planeada una fiesta de 10 horas, pero los actos se elevaron a 18 y más de 20 horas de música. Otras de las bandas que estuvieron fueron Peace and Love, El Amor, La Tribu, Bandido y El Ritual. Luis de Llano recuerda lo impresionante que fue ver desde el 10 de septiembre a jóvenes caminando por Avenida Constituyentes, con cobijas, mochilas, y algunos víveres, pidiendo aventón, encontrándose con otros jóvenes que iban rumbo a Avándaro. “Muchos Vochitos se paraban en la carretera México-Toluca y subían a los que cabían en el carro, no importaba que fueran apretados, la misión era llegar al festival, las tienditas que se encontraban en el camino vendieron toda su mercancía, ya que los asistentes pasaban por provisiones”. A otro que, según de Llano le fue mal, fue al presidente municipal de Avándaro, ya que al otro día lo corrieron de su puesto, la simple idea de que la juventud mexicana se uniera en una misma voz puso a temblar a las altas esferas del poder. “Sólo aquellos que estuvimos presentes sabemos lo que sucedió en ese valle, pero lo cierto es que no pasó nada, no hubo muertos, ni heridos, ni accidentados, quizá algunos casos de hipotermia, miles de crudos y algunos pasoneados, una encuerada, quien aún hoy mantiene su épica fama. Recuerdo que fui yo, quien le pidió que se pusiera la camiseta, por supuesto fue ovacionada por todos los presentes, nadie le faltó el respeto”, dijo el organizador. Por Nayely Ramírez