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Reformas abren nuevos negocios para la firma

SUPLEMENTOS

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El caudal de acontecimientos experimentados por México en los últimos 70 años, un país con una economía cerrada hasta su ingreso al GATT, (hoy OMC), la firma del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN) y las actuales Reformas Estructurales reafirma el origen de Hogan Lovells de identificar oportunidades de negocio en entornos de cambios y desafíos mediante la actualización continua. Las transformaciones de las últimas décadas, especialmente la nueva dinámica impulsada por el TLCAN, hoy en renegociación, y las reformas, propiciaron que las condiciones de mercado cambiaran radicalmente, lo que impactó al Sistema Jurídico en su conjunto. “Surgieron una serie de legislaciones y normativas que no existían. Por ejemplo, la legislación en materia de competencia económica no era necesaria en un mercado cerrado; pero en una apertura de mercado necesitas regular este tipo de transacciones de mayor impacto, para evitar justamente prácticas lesivas a la competencia”, explica Juan Francisco Torres Landa, socio director de la firma con presencia global. En el caso de Hogan Lovells, las reformas que más desafíos implican son la energética, la financiera, la fiscal y la de telecomunicaciones, pues sus clientes, tanto nacionales como internacionales, han requerido asesoría legal para ensanchar horizontes. “Todas las reformas que se propalaron abrieron una serie de proyectos interesantes. Creo que, sin lugar a dudas, la Energética y la de Telecomunicaciones, en ese orden, son las más importantes y en particular la de Energía capitalizó una buena parte de los esfuerzos”, explica Torres Landa. La firma de abogados comenzó a sondear proyectos del Sector de Energía desde finales de los años 90 de la década pasada, puesto que las tendencias indicaban que la apertura del sector era impostergable ante las grandes necesidades de inversión en infraestructura y en nuevos servicios en las actividades de energía, hidrocarburos, electricidad y renovables, por citar las más destacadas. “Asesoramos a Pemex desde el año 2000 y desde ahí nunca hemos dejado de trabajar con ellos y con una serie de empresas que veían justamente estar presentes en esta materia”, refiere. Han tenido desde entonces proyectos de energía de gran envergadura que requieren de una serie de componentes corporativos, inmobiliarios, fiscales, administrativos e inclusive la creación de industrias paralelas en temas de construcción de infraestructura física adicional. El bufete ha establecido convenios con firmas como State Oil o Exxon Mobile en materia de exploración y producción y en la parte de distribución venta (Upstream, Midestream y Downstream). En el ámbito de gasoductos, un tema estratégico para el país, Hogan Lovells ha trabajado con TransCanada, empresa líder en la materia. En materia de telecomunicaciones, Hogan Lovells se ha dado a la tarea de revisar, evaluar y dictaminar procesos de licitación, desregulación, entre otros procesos. “Hemos asesorado a (empresas) entrantes en el mercado y su incursión en telefonía fija, celular, servicios satelitales y servicios de valor agregado, donde los costos y los precios de los servicios se han visto impactados favorablemente”, indica. ORIGEN Y DESTINO Hogan Lovells ha logrado mantener su esencia en las últimas décadas gracias a una extraordinaria alineación de un equipo global con los intereses de los clientes, lo que le ha permitido mantenerse a la vanguardia en el mercado mexicano de servicios legales. Hasta 2014, de manera independiente, y después como parte del gigante Hogan Lovells. La firma Hidalgo, Barrera, Siqueiros y Torres Landa fue fundada hace siete décadas, en 1948, y posteriormente se le distinguió como BSTL, donde construyó prestigio y reconocimiento por su capacidad de brindar servicios a empresas y proyectos no solo locales, sino transnacionales. “Siete décadas se dicen fáciles, pero no muchas organizaciones logran sobrevivir en este negocio, que es un negocio de personas, sobre todo. Es muy importante saber cómo se integra un equipo y como se mantiene cohesionado. Creo que esa es la receta de permanencia y éxito”, destaca Torres Landa. Desde su fundación como una firma local en sus primeras oficinas ubicadas en el centro de la Ciudad de México, el Bufete fue construyendo vínculos con proyectos internacionales y con clientes extranjeros con interés de invertir en el país. Torres Landa explica que distingue tres “olas” en el mercado de servicios legales que significaron la internacionalización del ejercicio profesional en México: una fue al concluir la Segunda Guerra Mundial, en la década de los 40 del siglo pasado, cuando México se convirtió en el núcleo de operaciones de empresas norteamericanas. La segunda ola fue la entrada en vigor del TLCAN, que supuso la entrada de una serie de firmas estadounidenses que posteriormente entraron en una fase de consolidación. La más reciente se dio en un mercado legal más maduro, y ha acompañado la nueva dinámica que se suscitó a raíz de la entrada en vigor de las Reformas Estratégicas Estructurales.. “Parte fundamental ha sido estar a la vanguardia, estar un paso adelante de las necesidades de los clientes. Requiere de estudio, de formar equipos interdisciplinarios, de involucrarse en materias nuevas y de una actualización permanente. Requiere crecer, lo que hemos alcanzado en las distintas épocas”, concluyó el abogado. Por María Luisa Aguilar