Desde Afuera

Derrota de Maduro por verse

“El Super Bigote“ es el personaje de cómic en que Maduro se convirtió hace mucho tiempo y pretende superar continuamente los planes del imperialismo respecto a Venezuela

Derrota de Maduro por verse
José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

De creer a mucho de lo que se susurra entre diplomáticos latinoamericanos, uno de los mayores dolores de cabeza que enfrenta la región se llama Nicolás Maduro.

“El Super Bigote“ es el personaje de cómic en que Maduro se convirtió hace mucho tiempo y pretende superar continuamente los planes del imperialismo respecto a Venezuela.

Lo que el "Super Bigote" no ha logrado, sin embargo, es poner a Venezuela en el lugar que debiera estar: una nación con potencial económico en desarrollo y quizás en el umbral de entrar en el club de las naciones súper ricas, gracias a sus reservas de petróleo y otros recursos naturales.

En vez de ello, en términos proporcionales Venezuela ha exportado más personas que petróleo durante los últimos años. Más de 7.7 millones de personas en los últimos años, de acuerdo con el Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR).

Oficialmente, Venezuela tiene una población de 28 millones de personas y está en los últimos lugares mundiales en cuanto nivel de vida, proporción de endeudamiento (172 por ciento del Producto Interno Bruto en 2022). Su continua expulsión de personas se ha convertido en un dolor de cabeza, no solo para los Estados Unidos, sino de hecho para Brasil, Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Panamá, los países centroamericanos y México.

Cierto que puede usar el boicot económico estadounidense como excusa, pero la realidad también es que entre 1994 y 2019, quintuplicó su deuda externa, aunque recibió poco más de un millón de millones de dólares por ingresos petroleros, que fueron usados  "para ganar elecciones y enriquecer a unos pocos a costa de todos”, según el Observatorio Ciudadano CEDICE.
Parte grande del problema es cómo tratar con Maduro.

Porque esa es la pregunta que se hacen muchos a una semana de qué Venezuela sostenga unas elecciones en las que se cree que la oposición tiene serias posibilidades de derrotar a la maquinaria de Estado a la que enfrentarán.

Resulta refrescante la idea de una oposición venezolana unida, al menos temporalmente, alrededor de un hombre, Edmundo González Urrutia, literalmente una solución de compromiso para unificar el voto opositor.

Se cree posible derrotar a un régimen que no ha tenido ningún inconveniente en recurrir a todas las malas artes de las naciones autoritarias y que aún está en posición de hacerlo.

Parece un poco idealista pensar que Maduro y sus aliados van a aceptar así nomás una derrota electoral, si ya compran votos mediante “ programas sociales", reclaman sentimientos patrioteros, usan el Poder Judicial contra opositores... nada parece fuera de las posibilidades intimidatorias del gobierno Maduro.

Es esa actitud la que ha llevado a muchos gobiernos latinoamericanos a preguntarse qué hacer con Maduro, incluso como darle una salida digna a un mandatario que alguna vez habló con un pajarito.

Pero ni Brasil, ni México, ni Colombia, por no decir otros países, han logrado descifrar lo que sería una salida digna para el mañoso "Super Bigote". 

POR: JOSÉ CARREÑO FIGUERAS 

JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM                           

@CARRENOJOSE

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