El pueblo revivió la demanda histórica de exigir justicia pronta y expedita, una lucha social que se vio reflejada en las encuestas que se llevaron a cabo el fin de semana en las cuales, 80% de la ciudadanía mexicana ratificó la urgencia de una reforma al Poder Judicial de la Federación. Y es que entre las deficiencias que, tiene este poder de la Unión y que nos colocan como uno de los países más impunes del mundo, resulta irrisorio que 3 ministros de la SCJN puedan invalidar reformas aprobadas por una mayoría legislativa.
Y para muestra basta un botón: si un diputado federal es electo por más de cien mil personas aproximadamente, y una reforma a leyes secundarias como sucedió cuando se aplicó el Plan B en la reforma eléctrica o la electoral que requerían de mayoría simple, ¿cómo es posible que sólo 3 ministros de una sala por los que nadie votó, ya que son resultados de acuerdos cupulares de los partidos políticos, estén por encima de la voluntad del pueblo al echar abajo reformas como la electoral? es decir, pesa más un ministro que llega a su cargo por padrinazgos políticos que millones de sufragios que eligen a los representantes populares.
Por si fuera poco, es lamentable que cuando el Poder Ejecutivo, vía su fiscalía general o estatal, luego de meses o años de investigaciones, logran la detención de algún delincuente, de un plumazo un ministro o magistrado le concede libertad inmediata so pretexto de que se le violaron sus derechos, liberación que como usted sabe, muchas veces son producto de corruptelas al llegarles al precio a los juzgadores, a quienes no les importa que la víctima de un delito pase a las estadísticas del alto grado de impunidad en el que se encuentra nuestro país.
Por ello, celebro que México se encuentre en estos momentos ante la oportunidad de una reforma al Poder Judicial de la Federación, misma que plantea la urgencia de un cambio de fondo como la reducción de 11 a 9 el número de ministros, disminución de 15 a 12 años su periodo en el cargo y la cancelación de su pensión vitalicia, pero principalmente, que tanto jueces como ministros sean electos por el voto popular y que su remuneración no sea más alta a la del presidente.
Sin duda es un ejercicio republicano que ha impulsado el presidente López Obrador y hoy suscribe la presidenta electa Claudia Sheinbaum, con quien coincido cuando plantea que esta reforma no saldrá en lo “oscurito” como se hacía en los gobiernos del PRIAN ya que, habrá un Parlamento Abierto en el que caben los mismos ministros de la SCJN, las barras de abogados, la UNAM y otros actores que deseen expresar su opinión, pues se habla de un cambio estructural que debe estar a la altura de la transformación que vive México.
POR JULIO CÉSAR MORENO
DIPUTADO FEDERAL
@JCMORENO
MAAZ